9 sobre 10
MINORITY REPORT (2002).
JOHN WILLIAMS.
Primeros
quince minutos, introductorios, maravillosamente estructurados por Williams,
que elabora, empastándose de forma inmediata con la imagen, un conjunto de
formas, ritmos y sensaciones variadísimo, coincidiendo cada instante con la
intensidad de la historia. A resaltar el matiz dramático, hasta terrorífico, de
la narración que el compositor realiza del primer precrimen de la película y
que, sin duda, es todavía más elevado al chocar directamente con la pieza
clásica que suena mientras John Anderton estudia el caso (‘’Sinfonía
inacabada’’, de Schubert), con la tranquilidad de creer controlarlo todo. El
sentido de superioridad y pausa que provoca el clasicismo inmediatamente es
torpedeado por los primeros problemas y, de nuevo, la atmósfera compleja, histriónicamente
tranquila y amenazante de la partitura. Ejemplar inicio. El primer tercio
continúa tranquilo, inquietante, descriptivo e inteligentemente compuesto.
La
segunda de las tres grandes partes en que se divide la historia se inicia con
la huída de Anderton, al ser imputado por un futuro crimen. John Williams se
levanta y la batuta del Maestro inicia un ascenso en violencia compositiva que,
curiosamente, hoy día mantienen a elevadísimo nivel Alexandre Desplat y Michael
Giacchino, las dos únicas figuras que han llegado a competir con el mítico
autor estadounidense en producciones de acción. Las partes pausadas siguen
intercaladas con las activas en un ir y venir de ellas y las otras realmente
magistral. Superada la mitad de la obra, la secuencia de las arañas,
musicalmente insuperable: tensión, variaciones, estructuras y capas
compositivas son tan ricas que la escena es absorbida literalmente por la
partitura. El tema principal (milimétricamente medido a la imagen y
curiosamente reducido a notas cortas de los vientos y apoyos puntuales de la
orquesta, reflejo de la marcha de los bichos) se convierte, por su forma y melodía
y su narración en pantalla en uno de los más potentes, precisos e impactantes
de la historia reciente de la música de cine. Imprescindible en su escucha
aislada y su aplicación a la imagen para cualquier estudioso. Una fuerza,
realmente, imposible de alcanzar por nadie hoy día.
‘’Minority
report’’ posee detalles difíciles de apreciar pero de un estudio
importantísimo. La grandeza ya dicha del tema mencionado es todavía más
potenciada, si cabe, con el fragmento inmediatamente posterior, una variación
de las notas que acaban de sonar y que, ahora, son vinculadas a la entrada de
John Anderton al ‘’Templo’’ de los tres Precognitivos. Magnífico. Seguidamente,
cuando John marcha y escapa junto a Agatha, la narración contenida del momento
activo es asombrosa, sin duda el ejemplo máximo de cómo Williams ha ejercido su
influencia en la música de cine actual. Sin duda, un tema cuyo inicio ya fija
una moderada ‘’violencia compositiva’’, que es entronizada radicalmente en la
secuencia en la que Anderton se enfrenta al crimen que se le adjudica.
Secuencia memorable, con una intensidad medida y reservada que,
definitivamente, queda marcada como el sello de identidad propio de una obra
infravalorada y asombrosa: ‘’Minority report’’.
El
último tercio de metraje y la parte final de la historia, que se inicia con la
mencionada escena, bajan el nivel de agresividad medida y se embarcan en la
descripción minuciosa y en segundo plano del final de los acontecimientos.
En
conclusión, partitura de fuerza potentísima, detalles muy medidos, una
aplicación en pantalla que abarca desde la descripción más sutil hasta la
narración más provocativa y poseedora de uno de los mejores temas de toda la
carrera del genial artista. Sin duda, infravalorada composición que vuela hasta
niveles sobresalientes.
ESCÚCHALA SI...: no te quieres perder uno de los más grandes temas de la modernidad.
NO LA ESCUCHES SI...: sigues al Williams más comercial.
RECOMENDACIÓN END TITLES: absolutamente.
OTRAS OBRAS DEL AUTOR: ''A.I.'', ''Munich''.
PUNTUACIÓN: 9
Antonio Miranda. Octubre 2015.
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