EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI- Malcolm Arnold

 

6,5 sobre 10

THE BRIDGE OVER RIVER KWAI (1957)

Absolutamente, no siempre que un filme es sobresaliente, su música también lo es. Estamos ante un claro ejemplo. La partitura para esta extraordinaria película, producción de David Lean ejemplo del método y su definición como paradigma del trabajo, entre otros muchos y admirables detalles, no llega al nivel del conjunto. Sin desmerecer ni relegar su ímpetu exagerado a esferas insuficientes, sí confecciona un entramado interesante.

Arnold fabrica una composición en dos partes y, en última instancia y llegando al final, se deja 'pisar' por la poderosa personalidad y conocimientos del director. La primera de las partes coincide con el desarrollo del método de trabajo estando los japoneses y sus prisioneros en los parajes salvajes donde construirá el puente. Cierto es que, sorprendidos por el contrario matiz de la segunda parte, en esta el músico atiza

fragmentos entusiastas y demasiado estruendosos como si de un látigo a una escena azotara repentinamente. La mesura, el estudio y la prudencia no están presentes en ningún instante (o contados), algo fundamental en una partitura para el séptimo arte.

En la segunda parte, coincidiendo con la marcha del pequeño grupo, atravesando la selva, hasta el lugar del puente, el compositor nos muestra, sorprendentemente, un segundo entramado de temas ahora, sin duda, convenientemente estudiados, empastados con maestría y dignos de la historia.

La composición para esta gran película, cuya pieza más famosa no es creada por Arnold, sino por F.J. Ricketts, deja una propuesta para el estudio profundo cuando su director, Lean, prescinde absolutamente de sus notas en los instantes finales y más importantes del filme, culminación de todo lo anterior. La música vuelve a sonar ya resuelto el desenlace y sin un sentido profundo, sin apenas querer decir nada y como un colofón que regresa al inicio de la aventura y señala la figura grupal de los soldados. Realmente, algo sin importancia.

En  definitiva, partitura que confunde y desorienta, que viaja de la mano del sobresaliente de la historia en momentos y otros pareciere querer romperla en añicos; no obstante, su calidad y la del artista no desaparecen, en absoluto.

Antonio Miranda

Septiembre 2021