8,5 sobre 10
YOUNG FRANKENSTEIN-1974
JOHN MORRIS
Nos encontramos ante una obra pulcra, estudiadísima y poco comercial. Un ejemplo de lo que realmente debe ser una composición para cine: siempre escondiéndose cuando es preciso, la cantidad de notas adecuadas y un par o tres de escenas en las que la música aparece rebosante de poder, de presencia y de una descripción de lo que ocurre que solamente ese instante merezca la pena.
La música que no se percibe: la música que se intensifica.
Antonio Miranda
Diciembre 2025

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