BSO- EL JINETE PÁLIDO (PALE RIDER)- Lennie Niehaus


PALE RIDER (1985)
LENNIE NIEHAUS

Obra menor dentro de las colaboraciones entre Eastwood y el compositor, en apariencia; no obstante, trabajo extremadamente serio con un notable resultado fruto del buen hacer, siempre justo en el instante necesario. Esta es su principal baza, la presencia estudiada de las notas y en todo momento como descripción de la escena. La dirección de la historia no pretende otra cosa; de lo contrario, la partitura sería un rotundo fracaso.



Niehaus se deja llevar y aparta totalmente la implicación de su música con la historia más profunda de este western. Lealtad, valor, amor, trascendencia…: ninguno de estos sustantivos, adheridos con fuerza a ‘El Jinete Pálido’, son transmitidos por el compositor de forma clara. Su fuerza interior queda relegada a dos momentos muy puntuales, la declaración tiernísima de la niña al predicador y los créditos finales del filme. Estos dos instantes son de una fuerza importante y anclan al resto de la audición de manera firme: salvan la partitura al convertirse en los nudos de significado de una estructura peculiar.



No es nada fácil escapar al desastre en una forma de colocar la intención de la música de cine como lo hace el director en la presente. Su sello pronto irá fabricando un estilo propio como compositor que Niehaus le fue ofreciendo. De esta manera, ambos juguetean al despiste y consiguen describir la escena de manera cauta y apuntar algo en esos dos momentos mencionados: la ternura melódica es embriagadora y el inicio de los créditos finales, tras el duro combate en el pueblo, medidamente atronador. Se trata de la lectura escuchada de una obra con un claro epílogo que deja al descubierto el sentido real de la aventura. Atractivísimo.

En definitiva, obra aparentemente débil pero que juega un papel de importancia a la hora de entender la historia de manera nada trivial y sí arriesgada. Recomendable.

Puntuación: 8

Antonio Miranda. Diciembre 2018

BSO- APOCALYPSE NOW- Carmine Coppola & Francis Ford Coppola




10 sobre 10

APOCALYPSE NOW (1979)
CARMINE COPPOLA & FRANCIS FORD  COPPOLA


Festival de Cannes: Palma de Oro 1979


Composición abstracta, profunda, meticulosa y acertadísima.

Estructura manifiesta volcada en un final que resulta desesperadamente atractivo en su desconocimiento. Notas musicales que engrandecen el argumento y su obscuridad pero no una fácil escucha.



La partitura para ‘Apocalypse Now’, claramente influenciada por la marcha de la música contemporánea de concierto de su tiempo, se proyecta únicamente, y de manera arriesgada, hacia el personaje final, el coronel Kurtz. El resultado es asombroso: la obra llega a plantear la duda de sus dos referentes, Kurtz o el capitán Willard (que va en su busca) y acude a esta disyuntiva para formar su cuerpo más potente, el de la citada duda como duda es la marcha de Willard río arriba y como lanzadera real de la música hacia la figura de Kurtz: Willard, que es quien busca y duda de Kurtz, es la figura donde descansa la partitura que, como un pasajero más de la lancha, será llevada hasta el ‘fin del mundo’ donde reside Kurtz.



Película de contrastes, no podía ser de otra manera la aparición de la música rock, incluso Wagner y su conocida melodía para ‘La Valquiria’, pero con la fuerte intención de permanecer casi de forma etérea: escuchamos estas canciones y nunca, para el estudioso y atento espectador, llegamos a disfrutar con ellas lo que lo hacen los soldados. Nosotros, sencillos objetos manejados por el compositor, obedecemos al deseo de la composición y la dirección de tener siempre presente la inquietud y el horror próximos. Una partitura, de manera casi obsesiva, con un carácter claramente latente y que llega a adoptar una forma tan hipnótica cual partita para flauta del mismísimo Johann Sebastian Bach. Atreverse padre e hijo con la composición e inserción de este modo de partitura en una historia de guerra resulta, cuando menos, asombroso.



En definitiva, obra maestra de en la que los Coppola muestran una coordinación en la que la figura de director del hijo es fundamental. Obra nada conocida, apenas considerada y, sin duda, con una importancia vital en la historia bélica y un nivel sobresaliente.

Puntuación: 10

Antonio Miranda. Diciembre 2018




BSO- LA HORA DEL LOBO (HOUR OF THE WOLF)- Lars Johan Werle & W.A. Mozart




VARGTIMMEN (1966)
LARS JOHAN WERLE y W.A. MOZART


La vida no parece más que ser extraña realidad, ‘surrealidad’ al fin y al cabo, en la que las mentes de prodigio analítico consiguen vivir inmersas en las dudas y el sufrimiento. Pequeñas secuencias bien enmarcadas, y siempre en el onírico misterio de la introspección, convierten el filme de Igmar Bergman en un tratado filosófico del dolor individual.

Un pintor y el más allá enfrentado a su mujer y la realidad, ambos personajes bien separados en esa unión en matrimonio que representan solos en una isla. Nos encontramos, ciertamente, ante un monólogo interpretativo y una historia de unidad absoluta. Abandonen cualquier conjunto de individuos o los diálogos de las secuencias: todo es la unidad. Las escenas, incluso, podrían unirse de manera distinta y no variar el sentido trágico de su significado.



A la media hora de historia irrumpe la música de manera delicadamente poderosa: Mozart. El final del Acto I de ‘La flauta mágica’ compendia una serie de enseñanzas y detalles que se adhieren drásticamente al pintor, ahogado en ese momento en la fiesta social del castillo: paciencia, silencio, sabiduría… Uno de los presentes anuncia el espectáculo de marionetas; no obstante, nada más lejos que un acontecimiento de diversión. El dramatismo del filme es extenuante y, curiosamente, coincidente con la primera presencia de la partitura e igualmente paralelo a la excepcional ópera del compositor alemán: Sarastro (el pintor en el filme, quizá…) es un aparentemente malvado personaje de la ópera que reside en un castillo (lugar donde se celebra la reunión social) y que, finalmente, es alentado por el coro (la gente que acompaña a la pareja en la fiesta) como ídolo al salvar a Pamina (su mujer en nuestra historia, débil figura al cobijo del artista) como podemos ver cuando Johan Borg explica su forma de sentir el Arte. Nos encontramos ante uno de los momentos más importantes del filme y, sin duda, más contundentes dentro de la música en el cine.

INTERMEDIO

‘’¿Oyes el silencio?’’, comenta Johan a su mujer. Un genio español, Ricardo Baroja, escribió (antes que Bergman): ‘’Era un silencio que parecía sonoro’’. Las mentes inalcanzables siempre llegan a lugares similares. Lars Johan Werle inicia el negro segundo tiempo con sus notas obscuras, chillidos quejumbrosos de sintetizador que contrastan con la ópera de Mozart como lo hacen, ya comentado, el hombre y la mujer y planta su sello en un momento nada fácil, cuando la intensidad de la historia ha llegado a límites sobresalientes; no obstante, la impresión del compositor es exquisita y la paciencia del director, dejando la primera y filosófica  parte para la explicación, comparte con su colaborador musical un inicio arrollador, como digo de impresión directa y ahogada ya la pareja en el terror del dolor y los miedos mundanos.



‘’Alma, ¿estás dormida?’’. Johan comienza a depender de la escucha de su mujer. La música es la tercera presencia en la noche y el lazo que une los latigazos repentinos de él y la desazón  por la incomprensión de la situación  progresiva de ella. Magnífico.

Incluso los más acérrimos seguidores del cineasta sueco dirían que en sus películas la música no está presente. El empleo de ésta es minucioso, estudiado y tan adherido a la imagen y el sentido de la historia que disfrutar de una secuencia como la del ataque del niño al pintor es, sencillamente, delicioso. Werle ataca. Werle merodea. Werle arroja. Werle se ahoga… Escena ejemplar y no solamente paradigma de una narración de sucesos sino, absolutamente, generadora de conocimientos para con el significado de lo que se desarrolla, del abatimiento interior del protagonista y la ira que éste fabrica en el desolado artista.



En definitiva, un ser individual cuya naturaleza primera es contraria a la sociedad, que lentamente enferma su condición siendo quiénes la forman el cáncer verdadero de la muerte del Hombre. Una partitura sobria, milimétricamente estudiada y reflejo desolador del interior del protagonista. Breve, precisa, experimental y excepcional. Música descaradamente compuesta para la imagen.

PUNTUACIÓN: 10

Antonio Miranda. Diciembre 2018




BSO- DUNE- Toto & Brian Eno




7 sobre 10

DUNE (1984)
TOTO y BRIAN ENO


Compuesta por el grupo de rock estadounidense Toto y orquestada por Marty Paich, padre de David Paich, miembro de la banda y principal pensamiento creativo de la banda sonora de esta película de David Lynch, su primera en color y, para desgracia y aborrecimiento del genial director, tremendamente reducida en metraje por los productores; no obstante, consiguió reflejar con la música todo el mundo que, tal vez, no pudo dar a conocer. Brian Eno, a su vez, aportó el exquisito ‘Prophecy theme’, parte de la que se rumoreó fue una partitura inicial rechazada. y, a su vez, Lynch contribuyó en la composición del prólogo.



La música se encuentra trabajada de manera meticulosa, muy profesional y con unos matices de segundo plano en la historia que la alzan a niveles notabilísimos siempre que se escucha. Su evolución es importante desde unas nociones orquestales a otras en las que los sonidos sintetizados cobran fuerza, siempre siguiendo el avance de la historia hacia los dominios de Arrakis (Dune) y las aventuras que allá nos aguardan. ¿Qué habría sido si el director hubiera, ya entonces, aplicado su distorsión musical a esta producción?

El tema principal de Dune es el eje vertebrador como nunca antes en una banda sonora. Todo gira tan alrededor de sus cuatro notas que, por momentos, pueden resultar excesivas; no obstante, gran atmósfera la que siempre crea y una coordinación entre orquestador y compositores de gran nivel.



El filme mantiene siempre un pulso intenso al dramatismo y la seriedad de la propuesta camina a la par que la partitura. Recomendable entre las músicas para filmes de ciencia ficción, en absoluto de las mejores del género y sí disfrutable como un conjunto global, uniforme y firme: su mayor virtud.


Antonio Miranda. Noviembre 2018



ANT HEAD- David Lynch- 2018


ANT HEAD- DAVID LYNCH- 2018



¿Podríamos considerar la evolución como algo social? ¿Tal vez las ideas más obscuras, drásticamente aplicadas, sean meras interpretaciones de las que desconocemos su inicio y el fin que tendrán?


Cortometraje 'Ant Head', David Lynch


El nuevo cortometraje de David Lynch (y Angelo Badalamenti), como tantas otras muchas de sus creaciones, podrían hacerse merecedoras de cualquier interpretación. Tres son los puntos negros que simulan los ojos y la boca del rostro cual queso devorado por las hormigas, cual individuo comido por la vida... Los tres puntos resultan difuminados en escala gradual de menos a más, así como resulta el inicio y la aparición de la figura de la pantalla. Lynch nos planta drásticamente (como creemos ver y sentir en vida) un problema, posiblemente la mortífera trayectoria del ser humano, lentamente consumido por su existencia, pero al tiempo golpeada esta puesta directa en escena con el global del cortometraje: lineal, sin brusquedades y con una pausa que abruma. ¿Cuál es, entonces, la verdadera naturaleza del Hombre: su voraz y puntual dolor en vida o un devenir alucinógeno que agota?



Afánate por descubrir cuál de los tres puntos negros es realmente un agujero, que nos inyecta la filosofía de la existencia en una mente podrida, y cuál simplemente está superpuesto como imagen artificial. En alguno las hormigas entran; en otros no. Acompáñate en el intento por la música, descansa cuando ésta lo haga y enerva la intención con la excitación de la batería. Éste último instrumento reflejo del mundo inquieto de las hormigas y los sintetizadores de fondo saliendo desde dentro del ser...

¿El rostro de la proyección come...o es comido? ¿Engulle el ser humano a las hormigas y vive o, por el contrario, se desgasta al ser poco a poco consumido por los animales y la vida? David Lynch y Angelo Badalamenti compusieron, en la década de los 90 (sin edición) un proyecto llamado 'Thought gang', que suena en el cortometraje. El pensamiento, el dolor, la introspección y la interpretación...



Fíjate en el ojo más alargado: pasa desapercibido, las hormigas apenas se inquietan o esa zona se altera de manera excesiva. Tal vez la idea de felicidad esté representada en él en oposición con el otro ojo, aterrador sin duda, la zona más alterada del rostro: la muerte.

De pronto los colores de la escena se invierten y finalmente, tras desaparecer el fondo (símbolo de la vida material de la imagen), el zoom nos deja a solas con las lágrimas de dolor que son las hormigas entrando y saliendo del ojo más nítido. El magnífico y casi imperceptible sonido de un instrumento de viento sordo nos abre la puerta al vacío...

En definitiva, cine experimental con música experimental y recomendado, experimentalmente, para público selecto.


Antonio Miranda. Noviembre 2018







BSO- LA NOCHE DE HALLOWEEN- John Carpenter, Cody Carpenter, Daniel A. Davies


8 sobre 10

Halloween (2018)

Secuela de cine independiente a las órdenes del maestro Carpenter. Sin dirigirla él y compartiendo partitura con su hijo y D. A. Davies, su influencia es evidente y la línea a seguir, la suya. El filme crece a medida que pasan los minutos y, todavía más, pasado el tiempo de haberla visto. Una historia sobria, pausada a veces en extremo y seria, muy seria. Los instantes sombríos y directos potencian una atmósfera que se muestra sin temores y que la música, siguiendo la línea de la original, consigue sin duda aupar al notable.



La composición de Carpenter para Halloween, en este 2018, aporta pocas variaciones sustanciales a la partitura de 1978. El inicio de aquélla es demoledor y de una contundencia inicial pocas veces alcanzada; la de ésta, prudente y sin querer herir a su antecesora. Evoluciona con el paso de los acontecimientos, siempre el tema principal presente cuando Michael Myers presenta su figura, oculta o presente, y con ligeros toques sintetizados de carácter moderno aunque en ningún momento perdiendo el matiz de la electrónica de Carpenter en la primera. Un trabajo, con todo, realmente notable.




Antonio Miranda. Noviembre 2018


CONCIERTO- JOHN CARPENTER (2018)- John Carpenter live in concert.


10 sobre 10

SITGES, 13 de octubre de 2018


La oportunidad de ver en directo a genios de la música de cine continua estos últimos meses. John Carpenter lo es, cualquier estudiante de composición debería absorber todo lo que este hombre ha compuesto y comprender, de tal modo, la base fundamental de lo que es componer.



Ayer sábado, el festival de cine fantástico de Sitges firmaba una clausura sin igual. La sala de conciertos, realmente un auditorio donde se proyectan las películas, albergaba alrededor de 1000 personas, todas ellas enfervorizadas por la presencia del maestro y que demuestran lo minoritario que sigue siendo Carpenter. De hecho, apostaría que el 90 por ciento de la gente acudió por sus funciones de dirección y no de compositor, lo cual me hace sentir, extrañamente, más especial...



John Carpenter fue puntual, muy puntual. Los gritos y silbidos del público, acogidos muy bien por el artista, en seguida dieron paso a un respeto y silencio llamativos, más cuando el compositor mostraba su música mediante una formación rockera sin tapujos; no obstante, su figura (central y enorme) se plantó rápidamente como la de un dios en forma de jefe al cual todo el mundo admira. Así lo hicieron sus cinco músicos, que en ningún momento, pese a llevar ellos el peso de la interpretación, dieron muestras de protagonismo: Carpenter, aunque no se moviera ni desplazara, era el jefe.




El Maestro disfrutaba. Carpenter se dedica, en sus conciertos, a acompañar las interpretaciones con acordes de su sintetizador y traslada el peso de los temas principales a su hijo, teclista de la banda. La adaptación que hace de sus obras a temas con batería es realmente buena y la música, con gran fuerza (dos guitarras y un bajo), podría sonar así en sus mismísimas escenas (proyectadas en una pantalla gigante detrás de los músicos). Desde 'La niebla' hasta 'Vampiros' pasando por 'Asalto a la comisaría...' o tocando, para éxtasis de los asistentes, su eterna 'Halloween'. He de pararme aquí: quien esto escribe piensa en esta banda sonora como una de las grandes de la historia, pese a su descarada sencillez. Escuchar en directo al gran maestro interpretándola fija con firmeza extrema esta opinión en mí. No hay duda y la sensación interior que uno experimenta escuchándola es, realmente, equiparable a los grandes genios del sinfonismo de toda la historia del cine.



John Carpenter ha interpretado su música 'sucia', de sus películas 'sucias', de manera 'sucia', con una banda 'sucia' de 'sucia' técnica envidiable y entre un público 'suciamente' reducido: INOLVIDABLE.










Antonio Miranda. Octubre 2018




BSO- FAMILY PLOT (LA TRAMA)- John Williams





8 sobre 10

FAMILY PLOT (1976)
JOHN WILLIAMS

Cinco primeros minutos de cinta asombrosos: dos maestros en activa fusión, el director en su último filme y el músico entrando en sus iniciales explosivos años que le catapultarían a lo más alto. Absortos con el cacareo de las dos mujeres y entusiasmados por la situación, encontramos al final de la escena, cuando ambas callan y Williams para, cómo éste ha edulcorado de manera magistral, imperceptible, la secuencia. Es el ejemplo primero de una obra músico-cinematográfica de malabares  y de la unión perfecta entre dos genios: una conjunción, sin duda para quien esto escribe, de las mayores en las películas de Alfred Hitchcock siendo consciente de lo que Bernard Herrmann compuso para las mejores historias del director. La unión de la música con la imagen e historia no tiene nada que envidiar con las de la famosa dupla de ‘Vértigo’.



Muy medida, con entradas y salidas exactas e incluso ritmos adecuados al caminar de los personajes, John Williams obra una partitura realmente trabajada, base previa de otras muchas comedias posteriores y también de secuencias dramáticas apoyadas en notas continuas de sus últimos años, y ofrece una red de detalles numerosísimos y el nudo que une, como el director fija al final de la aventura, la vida de ambas parejas protagonistas: el clavicordio (más relajado en una y con mayor fuerza dramática y seria en la otra).



Con ejemplos de momentos extraordinarios, Hitchcock y Williams van creando esa trama que se junta, se distancia, baila, sonríe…, una tragicomedia con dos puntos musicales fijos: el clavicordio (comedia) y las cuerdas (drama); el primero siempre equilibrado y las segundas mostrando una calidad asombrosa en la parte final. El inicio de los minutos importantes de estructuras musicales se inicia tras la insuperable secuencia en el cementerio, cuando aparece el enterrador: soberbia, medida, cauta y tétrica. El plano, la música, el sentido y el impacto. Inolvidable. De aquí hasta el final, acentuándose en los últimos minutos, el músico practica la fusión instrumental y da una sensación de tensión y, al tiempo, comicidad que, a su vez, el director trata con maestría.




Un John Williams de 44 años, tras su éxito (sublime) con ‘Jaws’ el año anterior, fue recomendado a Hitchcock. Su reunión con el conocido director en su despacho de trabajo terminó con la incertidumbre del compositor sobre si realizaría o no su próxima película. Al tiempo, John Williams fue avisado de su requerimiento para tal trabajo.

Ni filme ni partitura son pretenciosos. Ni director y compositor resultan embriagadores. Tal vez de las creaciones más medidas para ambos, ‘Family Plot’ resulta entrañable, dinámica y, en cuanto a la música, obra infravalorada del genio norteamericano que se somete absolutamente a la historia y deja de lado, voluntariamente, una composición más compleja.

Puntuación: 8


Antonio Miranda. Septiembre 2018



BSO- MOON- Clint Mansell




10 sobre 10

MOON (2009)
CLINT MANSELL

El autor de la obra maestra, entre las mejores de la historia de la música de cine, ‘Réquiem por un sueño’, no realiza partitura trivial, de nota suficiente o carácter débil. Nos encontramos ante uno de los más grandes compositores de música de cine de los últimos tiempos, afortunadamente no reconocido y que, también para nuestro disfrute, no deja, no obstante, de ser requerido.

La presente obra es una joya del minimalismo tanto compositivo como intencional. Clint Mansell fabrica, durante la primera e intrigante media hora, una introspección a la mente de la dupla personaje-espectador realmente espectacular. Lo consigue con su siempre hábil empleo de dos notas, a lo sumo tres, con una base sintetizada e hiriente, ésta simbolizando el dolor y la angustia y aquéllas, sin duda, los constantes golpeos cual martillo.



Mansell corta a mitad, como el director (Duncan Jones) a la historia, cuando los protagonistas descubren su verdadera naturaleza, con un tema drástico, melódico y con el que consigue, por otro lado, crear una sensación opuesta al agobio, al drama, que supone un empuje a las intenciones del argumento sobresaliente. La composición parece centrarse en el más sufrido de los dos hombres, descifrando su estado y sus pensamientos y otorgándole el adjetivo de humano por sus actos finales pero, sin ninguna objeción, las notas se proyectan desde éste hasta el otro hombre consiguiendo, debido a la actitud fría e hierática del protagonista, introducirse y realizar un trabajo de significado que roza la perfección. La historia se mueve como lo hace la partitura y ésta evoluciona como la primera.



Filosofía musical de un filósofo de la música de cine. Imprescindible.


PUNTUACIÓN: 10


Antonio Miranda. Agosto 2018.



VÍDEO- La música de ET, el extraterrestre- JOHN WILLIAMS


Estimados seguidores de END TITLES, nos os perdáis este vídeo con John Williams y su música para ET. Disfrutadlo:







BSO- UN CONDENADO A MUERTE SE HA ESCAPADO- W.A. Mozart




9 sobre 10

FESTIVAL DE CANNES: mejor Director


Un condamné à mort s'est échappé ou Le vent souffle où il veut (1956)
W. A. MOZART

Película intelectual, pausada, filosófica en la que un condenado a muerte estudia y lleva a cabo su fuga de prisión. El filme tiene marcados matices religiosos, características notables de fe y, sin duda, orientado hacia las creencias, la constancia y las metáforas entre vida y muerte, entre praxis y pensamiento. Esto, absolutamente, nos lo indica el uso que el director hace de la música en la historia.

El empleo de la partitura es estudiadísimo aunque, en apariencia y tras recibir con sorpresa deducciones sobre la composición y su poco uso en el filme (falso), uno queda ensimismado por la buena disposición final de Bresson y Mozart a tenor de lo desapercibidas que pasan las notas para la mayoría de los críticos. La música, queridos amigos, es la primera pista para el estudio del significado de una producción cinematográfica.



La historia transcurre siempre en planos primeros (increíble) y con lugares y secuencias repetidas, como bien se trata de la vida monótona en una cárcel. El uso de la música también es así: con una estructura simétrica, sonando orquesta y coro (el fragmento más extenso) al inicio y al final, el director emplea la misma frase orquestal (cual leitmotiv), sin coro, durante toda la cinta, cada diez medidos minutos, antes de la última y larga secuencia final: asombroso y estudiado al milímetro.
Por otro lado, el fragmento de la ‘Missa in C minor, K. 427’ de Mozart (obra única en el filme) es aplicado con coro, ya dicho, y sin él. Ambas vertientes tienen un claro significado: la aparición de las voces simboliza la libertad, el exterior y aparecen al inicio y al final cuando la historia está en exteriores, primero perdiendo la libertad y, finalmente, consiguiéndola (la religión); la otra vertiente, sin voces y con las cuerdas de la orquesta y aplicada de manera monótona siempre cada diez minutos y cuando los presos salen todos juntos al patio, nos da a conocer su vida en los interiores de la cárcel, la privación de libertad (el camino de la ‘no religión’). Tengamos en cuenta que uno de los símbolos musicales más fuertes de toda la historia, relacionado con la religión, es el coro de voces.



El detalle con el que se cierra la obra es esplendoroso: Bresson aplica la parte en la que Mozart ha cambiado la tonalidad de tema principal, usado hasta ahora. Nos resulta más limpio, más vital dentro del sufrimiento y la muerte: los presos han escapado.

Ejemplo de cómo emplear sutilmente y, al tiempo, de forma sobresaliente la música clásica en el cine.

PUNTUACIÓN: 9


Antonio Miranda. Agosto 2018.



BSO- DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS- Carter Burwell





6,5 sobre 10

WHERE THE WILD THINGS ARE(2009)
CARTER BURWELL


Película interesantísima, atractiva en matices abstractos, a veces absurda y otras irritante. Las vivencias de un niño desobediente que escapa de casa y conoce a un grupo de monstruos descontrolados, como él.

Banda sonora estropeada por Karen O, encargada del apartado de canciones, en detrimento de un concepto e impresión globales que habrían sido excelentes. El director, literalmente, tiene la culpa. No la sitúo, pese a ser cierto, en los créditos de la partitura.



La tipología de filmes que vemos y la impresión e interpretación que tenemos de ellas representa, sin duda, un hecho subjetivo. Habrá a quien le encante el matiz ‘aéreo’, ‘libre’ y ‘optimista’ que en exceso le otorga haber incrustado canciones de pop alternativo en el argumento. Personalmente, y sopesando lo que es y lo que pudo ser, me parece uno de los mayores errores en cuanto a interpretación musical que un director jamás haya llevado a cabo.

La líder de la banda indie rock, junto a sus invitados musicales, aparece incrustada como si la luz fuera la vida, como si el dolor no existiera y ningún sentido real y transcendental de la historia del pequeño, irritado con la vida de los adultos y obsesionado con la suya, fuera importante. El empleo de estas irritantes canciones es irritante.



Carter Burwell camina tranquilo por sus nociones de inteligencia musical. Su muestra de conocimiento es tremenda en cada banda sonora y aquí, no menos; no obstante, Spike Jonze (el director) se lo pisotea sin pretenderlo. La extrañeza del filme es la extrañeza de Burwell. Los momentos frenéticos de vivencias y diversión son como pegotes impostados que la música de Karen O  transforma en malos cuando el primero podría haberlos matizado en el contexto, fundiéndolos con el entendimiento total. Sin duda, un alarde de querer entretener en un filme que sería delicioso si produjera todo el rato lo contrario: ‘aburrir’



No obstante todo lo anterior, obra recomendable y un detalle que ningún estudioso de cine debería perderse: Burwell argumenta el final. El poder del músico sobre la imagen es tan abrumador que él mismo genera el sentimiento al espectador: sin alardes, sin filigranas, sin agobios, con delicadeza, sin perfecciones y con un poder controlado digno de admirar. De los finales más controlados y más logrados de los últimos años en cualquier partitura para cine. Maravilloso.

Karen O: 4
Carter Burwell: 9

PUNTUACIÓN: 6,5


Antonio Miranda. Julio 2018



BSO- HAN SOLO: UNA HISTORIA DE STAR WARS- John Williams & John Powell



8,5 SOBRE 10

SOLO: A STAR WARS STORY
JOHN POWELL


John Williams resulta literalmente infranqueable. Cualquiera que sea su aparición, aportación o trabajo impone una sombra tan abrumadora que oculta el de cualquier otro artista. El tema de Solo que compone el genio de la música actual resulta impactante: sencillo en melodía e imposible de descifrar sino en 567 escuchas. Williams ejecuta una composición sublime, sin duda a la altura de sus mejores temas y da a John Powell, en bandeja, prácticamente en cuatro minutos la posibilidad del total de la partitura. Impresionante.

Ladeémonos hacia Powell: magnífico. Nuevo postulante a suceder a Williams en la saga. El trabajo del compositor es notabilísimo y supera, radicalmente cuanto más avanza la composición, la traba inicial (nada fácil) del tema compuesto por John Williams.

John Powell y John Williams componen de una manera muy similar. Salvemos las distancias, sin duda enormes, pero el compositor de 'Cómo entrenar a tu dragón' emplea para sus obras una cantidad de instrumentación y capas compositivas ingente, como Williams, consiguiendo una fuerza dinámica en los temas de acción verdaderamente envidiable. Se diferencian en la claridad del Genio contra la masa más confusa de Powell; no obstante, gran ventaja para éste. John Powell compone mucho con los vientos: Williams es el Maestro de la instrumentación de viento. Éste deja su huella y aquél logra un estilo tan propio, incluso adaptando música de la saga en sus temas, que consigue un resultado final abrumador, potentísimo, muy personal y, no lo olvidemos, apartándose lo justo como para ser él y no perder la identidad de la historia.

Sin duda, obra a tener muy presente y un paso adelante de John Powell en el panorama de los grandes encargos.


Antonio Miranda. Mayo 2018.













OSCAR- ALEXANDRE DESPLAT Y 'LA FORMA DEL AGUA'. 2018

ALEXANDRE DESPLAT- 'LA FORMA DEL AGUA'



ALEXANDRE DESPLAT GANA SU SEGUNDO OSCAR CON 'LA FORMA DEL AGUA'


9 sobre 10

Será la ganadora del Oscar.

Intensa, expresiva e inteligentísima. Una partitura del nivel intelectual de la presente acabará, sin duda, ganando el Oscar. Alexandre Desplat domina el panorama compositivo actual de forma descarada. Nadie consigue el nivel que muestra en cada partitura (siempre exceptuamos a John Williams y Ennio Morricone) y, para End Titles, sería un fracaso no alzarse con la estatuilla. Nos encontramos ante el que será recordado entre los grandes de la historia de la música de cine.


De esta manera nos pronunciábamos en END TITLES unas horas antes de la ceremonia. El genio francés se alzaba esta madrugada con su segundo premio, tras 'El gran hotel Budapest', acelerando su carrera hacia las leyendas de la música de cine. Recordemos que otros aclamados compositores no poseen ninguno (James Newton Howard, Danny Elfman, Thomas Newman...), uno (Hans Zimmer, Jerry Goldsmith, Nino Rota...) o los cinco de John Williams o nueve de Alfred Newman.


En la presente obra, Desplat emplea una mezcla de melodía clásica, que bien podría suponer el tarareo pasados los años de cualquier mundialmente conocida obra, con su 'violencia compositivia' adaptada a los medios tiempos. Un alarde de control y elegancia merecedores del premio, sin duda.





NOMINACIONES OSCAR 2018


Aquí os dejamos las impresiones de END TITLES para con los premios de este año:




JOHN WILLIAMS- 'STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI'.

9 sobre 10

No ganará; no obstante, si lo hiciera, sería un acierto otorgárselo al gran genio norteamericano.

Partitura, nuevamente, ejemplar. Su nivel compositivo resulta espectacular y es incomprensible que no haya sido premiado con el Oscar desde el conseguido con 'La lista de Schindler'. 'Los últimos Jedi' resulta atractiva, metódica pero, por el contrario, poco novedosa. Su limitación a versionar numerosos temas de la saga la hace situarse, para End Titles, por detrás del primer puesto.



ALEXANDRE DESPLAT- 'LA FORMA DEL AGUA'

9 sobre 10

Será la ganadora del Oscar.

Intensa, expresiva e inteligentísima. Una partitura del nivel intelectual de la presente acabará, sin duda, ganando el Oscar. Alexandre Desplat domina el panorama compositivo actual de forma descarada. Nadie consigue el nivel que muestra en cada partitura (siempre exceptuamos a John Williams y Ennio Morricone) y, para End Titles, sería un fracaso no alzarse con la estatuilla. Nos encontramos ante el que será recordado entre los grandes de la historia de la música de cine.



HANS ZIMMER- 'DUNKIRK'.

6 sobre 10

En absoluto tiene opciones de ganar el premio.

Obra compleja en análisis, con pequeños grandes detalles y grandes pequeños errores. Un empleo constante en el filme que le resta eficacia, un ritmo desacertado en los instantes pausados y el gran motivo que lo aleja del sonido de otros grandes compositores: la nitidez de los momentos máximos donde, sin duda, la amalgama de sonidos que se crea habría sido más delirante con un mayor cuidado y elegancia compositivos. Fuerza máxima descontrolada. Pocos momentos narrativos y muchos descriptivos, aquéllos los mejores y más claros y éstos, siendo notables, faltos de claridad compositiva y sonora. Lamentablemente, una estructura que tiene varias e importantes grietas con un principio nada estudiado y una aplicación a la historia tan dispar de dos ámbitos de la partitura (ritmos y el resto) que ella misma parece dispararse entre la marabunta humana de la guerra. Obra atractiva que, de todas formas, da esperanzas del regreso del mejor Hans Zimmer y que escuchada de forma aislada genera muchas más sensaciones.


JOHNNY GREENWOOD

9 sobre 10

No ganará. Falta mucho por recorrer y, pese a su gran trabajo (sobresaliente), tiene por delante al resto de artistas como figuras personales. No obstante, sorpresa justa sería.

No apta para pragmatistas, la música de esta obra se mueve por extremos inverosímiles y roza ámbitos tan dispares, siempre desde la experimentación, como el romanticismo y la intriga y piezas con toques extraordinarios de Debussy o Chopin, todo ello mezclado dentro de una paleta de sensaciones (mejor, de ideas) absolutas que llevan al conjunto a ser, realmente, de lo mejor compuesto este año y en muchos atrás. Sorprendería pero, sin duda, se merecería el premio.


CARTER BURWELL

9 sobre 10

Merecedor de cuantos premios existan. Artista minoritario de una calidad asombrosa, tanto musical como narrativa o descriptiva. No ganará pero, personalmente, si lo hiciera me alegraría enormemente. Trabajador elegantísimo, inteligencia musical desbordante e imprescindible, sin duda.

Carter Burwell ha dado forma durante los últimos tiempos a una tipología de banda sonora especial, dispuesta y tranquila, medida y meditada y de elegancia indudable: la ‘Banda Sonora De Cámara’. Me atrevo a acuñar este nuevo término, como ya hice con otro en referencia a John Williams, Alexandre Desplat y un ya algo dudoso Michael Giacchino y su ‘Violencia compositiva’ para secuencias de acción. Burwell adopta la forma del sonido, la forma (no del agua) del conjunto y desarrolla una partitura que podríamos definir como natural: la interpretación en tiempo real, sin ajustes posteriores de estudio en cuanto al tempo de ejecución, resulta agradabilísima, de una fortuna para el espectador inmensa y artísticamente muy rica.


La trilogía que Carter Burwell nos regala este inicio de año en las salas de nuestro cine, con ‘Wonderstruck’, ‘Tres anuncios en las afueras de…’ y ‘Goodbye Christopher Robin’, es realmente de admirar y disfrutar. Nos encontramos, sin ninguna duda, ante uno de los compositores (quien esto escribe se atrevería a decir que entre los tres primeros) más en forma y, absolutamente, mejores de la actualidad de la música para el séptimo arte. 





BSO- CUENTOS DE TOKIO (TOKYO MONOGATARI)- Takanobu Saito.






10 sobre 10


TOKYO MONOGATARI(1953)
TAKANOBU SAITO.



Obra compleja, difícil percepción artística y no menos costoso análisis musical de una creación catalogada por muchos, y no con poca razón, entre lo mejor (si no lo máximo) de la historia del cine. Nos encontramos ante una composición, nuestro espacio, de contraste conceptual enorme, fácilmente audible y arduamente interpretable, sin duda. Podemos resumir la presencia de las notas de Takinori Saito en un solo tema principal y sus sucintas, delicadas e inteligentes versiones, pareciendo escuchar a cada momento las mismas notas y en su mismo orden. No es así.



La partitura que el compositor japonés elabora para la grandísima obra maestra de Yasujiro Ozu es engañosa. Su empleo, casi podría decirse que al cien por cien, resulta tierno y aparentemente fácil, pero guarda simbolismos y matices en todo momento, como la película en sí, ejemplares. El tema principal, absolutamente melódico y con características occidentales (fijémonos en la curiosa falta de instrumentación y atmósferas típicas de la música oriental, apenas empleadas por el artista), nos lleva a descubrir, y también asentar, una red de interpretaciones exquisitas: Saito lo empasta, inicialmente, con percepciones de Tokio (donde se desarrollará gran parte de la historia y, sin duda, del malestar vital que va a rodearnos constantemente). Tokio, la gran ciudad, es la proyección hacia Occidente (de ahí los matices de la música) y, de la misma forma y habiendo sido asociada a la composición, será su ingente figura, la devastadora sociedad cosmopolita, la que devorará a los ancianos y a su vida, devolviéndoles irremediablemente a su pueblo y, con esto, al estatismo de siempre y a la muerte. Una proyección final que descubrimos admirablemente en la música. Cómo director y compositor proponen una inicial asociación (con la ciudad) para, realmente, abstraer este concepto para aplicarlo con fuerza al sentimiento (a lo rural). Atentos cómo, cerrando la película y pasados los minutos, las horas o los días, podríamos escuchar la melodía de ‘Cuentos de Tokio’ como fiel representante de la nostalgia que nuestra pesadumbre o soledad puedan generar a cualquier persona en cualquier instante. Universal.



Como hemos dicho, los detalles de la música son pequeñas joyas. Desde una clarísima musicalidad, que han desarrollado en la actualidad las composiciones hollywoodienses (estrepitosamente en muchos casos, sea dicho), hasta el silencio de la escena final, cautivadora, entre Noriko y el padre (para segundos después cerrarla con el tema final, una vez la emoción ha sido compuesta por ese silencio ‘’…que parecía sonoro’’) pasando por la maravilla de trasposición de notas que el artista aplica a su obra en el instante en el que la madre enferma. Nada es trivial, en la aparente simplicidad del filme y la música: nada. Y los pequeños detalles, tan intensos y buscados, igualmente se mantienen humildes en una obra que, nada reconocida al acompañar a un transatlántico como resulta la obra global de Ozu, una vez estudiada y matizada con detalle queda flotando tersamente, como es ella, en el sobresaliente. Indispensable conocer cómo se compone una partitura para una obra de arte conjunta, sin llamar la atención.



PUNTUACIÓN: 10


Antonio Miranda. Febrero 2018