8 sobre 10
THE WITCH (2016).
MARK KORVEN.
Cinta independiente, culta,
enigmática, pausada y directa. Mark Korven, el autor canadiense de la
fantástica ‘’Cube’’ (1997), nos deleita con una partitura experimental,
desgarradora, tal como si los gritos sutiles de las sombras del mal acudieran
hasta el espectador con intenciones nada fastuosas y sí, por el contrario, tintadas
de evolución terrorífica. Lejos de la composición fácil, Korven fabrica una
paleta de colores musicales secundarios siempre, a veces de escasos segundos y
en todo momento como apoyo a una historia narrada con paciencia.
Si escuchamos sin pausa el tema
de inicio del filme y
el final, siendo el primero de Korven y el último de música
tradicional renacentista, nos daremos cuenta del trabajo estudiado que los
compositores llevan a cabo cuando forman la estructura, siempre guiados por el
director, de una buena banda sonora. El músico, de su mano, introduce la
historia en una época concreta, la del Renacimiento tardío, logrando un
equilibrio armónico que finalmente cerrará la obra con las dos piezas no
originales de época, incluso la cantada ‘’Isle of Wight’’, cuya voz podría
introducirse sin ninguna dificultad en la pieza referida del artista canadiense
que abre ‘’La bruja’’. A partir de aquí, un relato experimental, atonal y
complejo (polifónicamente experimental),
con prontas referencias corales a los aquelarres o situaciones
de impacto, pero siempre empastadas con el resto de los sonidos y en todo
instante desarrolladas con progresión.
Korven soluciona un posible
problema inicial de manera nada sinuosa y casi sin darnos cuenta: la posible
sobrecarga de la música referenciando la figura visible de la Bruja, pasada
buena parte de la historia, fluye y se abre al identificarse progresivamente
con el resto de personajes y situaciones. Podremos comprender muchas cosas más
finalizando el filme, ser conscientes de la proyección que el artista hace con
sus notas hacia la escena final del aquelarre o la falta de un tema melódico
principal asociado a la Bruja, visible en fragmentos muy puntuales y difuminada
como figura concreta al final. Inteligente propuesta del músico.
Las referencias en el filme de
‘’The Witch’’ son evidentes y, sobre todo,
una ambientación muy cercana al gran recurso musical de Stanley Kubrick, una de
las piezas clave de sus éxitos y que mejor supo trabajar para sus filmes:
György Ligeti.
Concluyendo, partitura para
minorías, compleja, progresiva y nada fácil de escuchar. Si estás radicalmente
cerca de la música melódica y comercial, no te aproximes a la amenazante
propuesta que comentamos. O sí, hazlo con precaución y, sin duda, podrás
descubrir que en el mundo de la oscuridad nace el Arte.
A TENER EN CUENTA: la sutil evolución que
el compositor ofrece de inicio a fin, sin tregua pero sin excitación típica de
las composiciones para este género.
Antonio Miranda. Mayo 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario