10 sobre 10
INTELIGENCIA ARTIFICIAL (2001).
JOHN WILLIAMS.
Inicio arrollador del compositor
americano, sutil, delicado y con una curiosa aplicación: el niño protagonista,
bajo una gran interpretación, nos introduce de lleno en su naturaleza fílmica
de máquina que el músico, con gran maestría, es capaz de atacar para devolver
la humanidad al robot (que, precisamente, es lo que buscará durante toda su
aventura) gracias a una colección de momentos narrativos deliciosos que
culminan, de forma sorprendente, con la declaración de amor de la madre en la
que Williams presenta, por vez primera, la melodía inigualable del tema
principal de esta obra. Un inicio de historia sólo al alcance de un genio como
él es. Imaginar los quehaceres de la familia durante los primeros instantes de
la película, sin las notas de la partitura, es realmente difícil. El ejemplo
más claro, y que representa la forma de componer de todo este inicio, es la
secuencia en la que la madre, a punto de irse con su marido, regresa junto a
David, el niño robot, y le enseña el juguete del osito Teddy que su hijo, con
problemas de salud, usaba a menudo. La escena, musicalmente hablando, es de una
belleza plástica y calidad compositiva extraordinarias. Cómo John Williams
modula y crea sensaciones distintas un segundo sí, otro también, cambiantes sin
descanso y unidas todas sin grietas, resulta de un asombro particularísimo,
siempre propio del ‘’Maestro’’. Secuencia, sin duda ninguna, a estudiar por
cualquier compositor, seguidor o amante del cine o la música. Ejemplar y única,
pese a pasar, seguramente, desapercibida.
La estructura formal de todo el
cuerpo de la composición sigue le línea comentada, absolutamente convirtiendo ‘’Inteligencia
artificial’’ en una narración sutil de las más elegantes de la carrera del
artista y, al tiempo, de las menos valoradas, seguramente debido a esta forma
de planteamiento mediante conceptos para nada comerciales, siempre
melódicamente complejos y con un solo tema principal, hermosísimo, puntualmente
empleado y con un significado importantísimo que, al tiempo, se lo ofrece
también al resto de la, muchas veces, olvidada obra de John Williams para esta
producción futurista de Steven Spielberg. La parte final, comenzada desde la
llegada de David a la devastada Manhattan, mantiene una ejemplar medida de
situaciones, aportando una simplificada narración a momentos aparentemente
importantes y fácilmente elaborables mediante fragmentos sinfónicos y
llamativos. No es así y Williams contiene todo, dueño del argumento, para los
instantes finales, rebosantes (mediante la ya aparición directa del tema
principal) de una belleza poco alcanzable en la historia de la música de cine.
El desenlace del filme (tantas veces criticado pero, sin duda, elemento
fundamental en la obra, como bien podemos darnos cuenta al escuchar
detalladamente su composición musical), con la melodía principal ya presente
todo el rato, contiene una explosión de emociones asombrosa. Y siempre,
repetimos, mediante la elegancia y la sutileza, nunca desbordada ni exagerada,
de la música. Ligeras referencias (en la parte final coral) a la música que
Stanley Kubrick (fundamental en la concepción del proyecto) empleó del
compositor György Ligeti en su ‘’2001’’.
Concluyendo, obra no tan
reconocida como debiera, llena de detalles emocionales trabajados desde la
prudencia musical y con un final, igualmente cauto, con una fuerza de
Romanticismo insuperable por nadie.
A TENER EN CUENTA: partitura que ejemplifica como ninguna la verdadera naturaleza de la carrera artística de John Williams, compositor comercialmente valorado por sus temas únicos pero que, sin duda, basa toda su obra en complejas estructuras de composición, modulaciones ejemplares y una música en absoluto fácil de escuchar, lo que eleva su maestría a cotas históricas.
Antonio Miranda. Marzo 2016.
Estupendo artículo (como varios de los que voy descubriendo en este interesante blog).
ResponderEliminarSin duda una obra muy completa: desde el romanticismo que nos describes del final de esta obra hasta el vibrante ‘The Moon Rising’ (para mí uno de los varios temas que mejor define el “universo John Williams”, con un inicio enérgico seguido de un paréntesis acelerado, electrónico y futurista en el min. 0:48, un emocionante desenlace que se va creciendo hasta el min. 3:08 y un final de puro suspense desde el min. 3:09 hasta el final).
¿¿Quizás una obra popularmente infravalorada del gran Williams??