8 sobre 10
ASSAULT ON PRECINCT 13 (1976).
JOHN CARPENTER.
La
música de John Carpenter es única. Minimalista, electrónica, irrepetible e
inigualable y hasta ciertamente extraña y, es más, fácilmente detestable. Su
comprensión, tanto argumental como musical, es compleja al tiempo que su forma
resulta sencilla. Definitivamente: minoritaria y lujosa. Así resulta, sin más,
la partitura para el filme que tratamos: histriónica combinación de ritmos
limpios y bajos electrónicos, siempre deambulando por dos temas principales que
ocupan el total de la historia. Inteligentemente insertados en la trama,
Carpenter goza de la ventaja de ser él mismo quien ‘’musica’’ lo que antes ya
ha creado en su mente. Gran parte del mérito y base de su fortísima unión
música-imagen radica aquí, en el enlace que él mismo fabrica con todo. Claro
ejemplo del ligero desajuste que brota de una composición que no es suya en una
película propia es, sin duda, la magnífica ‘’La Cosa’’. Morricone, genio entre
genios, no es capaz de, con un estilo similar al del maestro estadounidense,
acercarse a sus atmósferas globales y ricas y el filme pierde gran parte de su
energía debido a que el propio Carpenter no compone la partitura.
‘’Assault
on precinct 13’’ guarda un primer tercio (media hora) espectacular,
musicalmente hablando. El tratamiento directo y elaborado del argumento queda
sellado magníficamente mediante secuencias breves de los ritmos y los bajos,
creando una sensación de agobio en un ambiente sencillo que directamente
dispara la sangre antes de verla. El cruce de personajes avanza a la par que
los temas musicales, que llegan a solaparse en la escena final de esta parte,
cuando los asesinos, finalmente, llevan a cabo sus atrocidades en el furgón de
los helados. Escalofriante tratamiento de la música, la cual tensa al
espectador y desaparece cuando la muerte llega, hecho sorprendente cuando uno
lo medita.
Carpenter
agudiza sus sonidos, o la impresión que producen, en la parte central del
metraje. Introduce un tema pausado, ciertamente para contraste con la atmósfera
de terror que se va a multiplicar en la comisaría. Los ritmos aparecen en más
instantes, como si de una punzante arma que va clavando su horror en los
personajes y espectadores se tratase. Para mayor deleite de la sangre y la
muerte, esta parte más tranquila refleja la desolación de una de las
secretarias, tal vez reflejo de la del resto, aunque se nieguen al pesimismo y
luchen por sus vidas. Tal vez, realmente, no nos encontremos ante una sencilla
‘’película de disparos’’ y, basándonos en este pequeño detalle de los
fragmentos pausados de la composición, detectemos una metáfora vital y social
de interesante análisis. La música, de mano de uno de sus modernos e
incomprendidos genios, nos abre puertas
repentinas a la filosofía del cine. Carpenter, presentando a un director y
compositor drástico, acuchilla las escenas a partir de ahora con un sonido de
orquesta sintetizado y agudo que va tomando presencia mayor y progresiva, tal y
como lo hacen las avalanchas de asesinos o lo pudiera practicar el ahogamiento
social para con el Hombre.
‘’Así
me ha ocurrido siempre: se me acabó el tiempo al nacer’’. ‘’Napoleón’’ Wilson,
el preso que ayuda a resistir dentro de la comisaría, adopta una inquietante
actitud que nos ayuda a entender lo antes comentado. La sencillez, reiteración
y minimalismo electrónico de uno de los más grandes genios del cine global
(dirección y composición) se convierte, en sus inicios con ‘’Asalto a la
comisaría del distrito 13’’, en un artista de trabajo e identidad fieles y
originales como pocos ha habido en la historia del cine y de la música para el
séptimo arte. John Carpenter, a juicio de quien esto escribe, ha llegado a
fabricar un sello de identidad tan propio y elevado como lo hizo el mismísimo
Ennio Morricone con sus partituras para el western europeo. Carpenter, seguidor
acérrimo del western de Howard Hawks y John Ford, resulta inconfundible al
escuchar sus notas, siempre brillantes a la par que estudiadamente sencillas.
Concluyendo,
partitura imprescindible para cualquier inquieto de las bandas sonoras e inicio
de lo que ha supuesto una de las carreras musicales más atractivas y poderosas
en la historia del cine.
PUNTUACIÓN: 8
Antonio Miranda. Octubre 2015.
Genial ¡ .. thank you sir j Carpenter, and lux¡
ResponderEliminarGracias Josep. Carpenter es un auténtico genio.
Eliminar