7 sobre 10
FESTIVAL DE CANNES 2015: PREMIO DEL JURADO.
THE LOBSTER (BEETHOVEN, STRAVINSKY, SHOSTAKOVICH).
Partitura no original empleada con gran acierto estructural durante la obra del director griego Yorgos Lanthimos, en la cual, muy en relación con la ideología formal e intelectual del filme, se plantean las piezas como parte innata del argumento, algo nada fácil tratándose de fragmentos no compuestos específicamente para las imágenes. Partamos de la idea global de la música y su sentido y, después, el que conllevan los tres grandes clásicos.
El empleo de la música clásica en la película, y más concretamente las piezas mostradas (todas ellas elegantes, estilosas y, por lo tanto, de cámara) tiene una relación estrecha con el sentido teórico, lineal y equilibrado de las atmósferas, personajes y diálogos. La personalidad inquebrantable y poco emocional de las personas no cabrían dentro de un estilo musical romántico, post-romántico o contemporáneo, de ahí que la música que escucharemos durante toda la historia, siempre próxima a los matices teóricos tan exquisitos y preciosistas, formaliza este concepto sublime y elevado que el director pretende. Vayamos a los tres compositores principales:
Beethoven y su ''Adagio affetuoso ed apassionato'' de su Cuarteto para Cuerdas en F Mayor, Op. 18, Nº1.
La pieza más representativa del global de la historia, elegante, hasta fría (siempre asociándola con las imágenes y el argumento que tratamos), teórica y excelsa. Simplemente escuchándola ya formamos en la mente los caracteres básicos de las personalidades que aparecen en la historia, siendo fulminantemente empleada en la primera parte, emparejada al hotel, y durante las narraciones literarias.
Stravinsky y su ''Tercer movimiento'' de ''Tres movimientos para cuarteto de cuerda''.
Estado intermedio, siempre cercano a la elegancia de la orquesta de cámara y empleado en situaciones de ligera tensión que la refinada atmósfera impide expresar con mayor vehemencia. Refleja directamente la extraña sensación que el espectador percibe durante los diálogos o situaciones poco comprensibles.
Shostakovich y su ''Largo'', del Cuarteto de Cuerdas, Nº 8, Op. 110.
Representa el estado más neurótico de las piezas empleadas en la
producción, igualmente de cámara pero con un ligero matiz expresivo que
se aleja de la linealidad global y muestra las escenas o instantes más
quebrados, repentinos y alejados de la teórica tranquilidad del hotel o la escondida angustia del bosque. La secuencia en la que el protagonista se encuentra en el jacuzzi exterior, junto a la que será su posible esposa, resulta de una fuerza sublime.
Concluyendo, ejemplo interesante de cómo las escenas pueden someterse a la música y no al contrario, con ejemplos estudiados y fragmentos muy válidos en una historia extraña, atractiva y de gran intensidad en la relación de música-imagen.
ESCÚCHALA SI...: te gusta la música clásica y el arte bien acoplado.
NO LA ESCUCHES SI...: la música de cámara no es tu fuerte.
RECOMENDACIÓN END TITLES: sin duda.
PUNTUACIÓN:7
Antonio Miranda. Diciembre 2015.
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