BSO- MOON- Clint Mansell




10 sobre 10

MOON (2009)
CLINT MANSELL

El autor de la obra maestra, entre las mejores de la historia de la música de cine, ‘Réquiem por un sueño’, no realiza partitura trivial, de nota suficiente o carácter débil. Nos encontramos ante uno de los más grandes compositores de música de cine de los últimos tiempos, afortunadamente no reconocido y que, también para nuestro disfrute, no deja, no obstante, de ser requerido.

La presente obra es una joya del minimalismo tanto compositivo como intencional. Clint Mansell fabrica, durante la primera e intrigante media hora, una introspección a la mente de la dupla personaje-espectador realmente espectacular. Lo consigue con su siempre hábil empleo de dos notas, a lo sumo tres, con una base sintetizada e hiriente, ésta simbolizando el dolor y la angustia y aquéllas, sin duda, los constantes golpeos cual martillo.



Mansell corta a mitad, como el director (Duncan Jones) a la historia, cuando los protagonistas descubren su verdadera naturaleza, con un tema drástico, melódico y con el que consigue, por otro lado, crear una sensación opuesta al agobio, al drama, que supone un empuje a las intenciones del argumento sobresaliente. La composición parece centrarse en el más sufrido de los dos hombres, descifrando su estado y sus pensamientos y otorgándole el adjetivo de humano por sus actos finales pero, sin ninguna objeción, las notas se proyectan desde éste hasta el otro hombre consiguiendo, debido a la actitud fría e hierática del protagonista, introducirse y realizar un trabajo de significado que roza la perfección. La historia se mueve como lo hace la partitura y ésta evoluciona como la primera.



Filosofía musical de un filósofo de la música de cine. Imprescindible.


PUNTUACIÓN: 10


Antonio Miranda. Agosto 2018.



VÍDEO- La música de ET, el extraterrestre- JOHN WILLIAMS


Estimados seguidores de END TITLES, nos os perdáis este vídeo con John Williams y su música para ET. Disfrutadlo:







BSO- UN CONDENADO A MUERTE SE HA ESCAPADO- W.A. Mozart




9 sobre 10

FESTIVAL DE CANNES: mejor Director


Un condamné à mort s'est échappé ou Le vent souffle où il veut (1956)
W. A. MOZART

Película intelectual, pausada, filosófica en la que un condenado a muerte estudia y lleva a cabo su fuga de prisión. El filme tiene marcados matices religiosos, características notables de fe y, sin duda, orientado hacia las creencias, la constancia y las metáforas entre vida y muerte, entre praxis y pensamiento. Esto, absolutamente, nos lo indica el uso que el director hace de la música en la historia.

El empleo de la partitura es estudiadísimo aunque, en apariencia y tras recibir con sorpresa deducciones sobre la composición y su poco uso en el filme (falso), uno queda ensimismado por la buena disposición final de Bresson y Mozart a tenor de lo desapercibidas que pasan las notas para la mayoría de los críticos. La música, queridos amigos, es la primera pista para el estudio del significado de una producción cinematográfica.



La historia transcurre siempre en planos primeros (increíble) y con lugares y secuencias repetidas, como bien se trata de la vida monótona en una cárcel. El uso de la música también es así: con una estructura simétrica, sonando orquesta y coro (el fragmento más extenso) al inicio y al final, el director emplea la misma frase orquestal (cual leitmotiv), sin coro, durante toda la cinta, cada diez medidos minutos, antes de la última y larga secuencia final: asombroso y estudiado al milímetro.
Por otro lado, el fragmento de la ‘Missa in C minor, K. 427’ de Mozart (obra única en el filme) es aplicado con coro, ya dicho, y sin él. Ambas vertientes tienen un claro significado: la aparición de las voces simboliza la libertad, el exterior y aparecen al inicio y al final cuando la historia está en exteriores, primero perdiendo la libertad y, finalmente, consiguiéndola (la religión); la otra vertiente, sin voces y con las cuerdas de la orquesta y aplicada de manera monótona siempre cada diez minutos y cuando los presos salen todos juntos al patio, nos da a conocer su vida en los interiores de la cárcel, la privación de libertad (el camino de la ‘no religión’). Tengamos en cuenta que uno de los símbolos musicales más fuertes de toda la historia, relacionado con la religión, es el coro de voces.



El detalle con el que se cierra la obra es esplendoroso: Bresson aplica la parte en la que Mozart ha cambiado la tonalidad de tema principal, usado hasta ahora. Nos resulta más limpio, más vital dentro del sufrimiento y la muerte: los presos han escapado.

Ejemplo de cómo emplear sutilmente y, al tiempo, de forma sobresaliente la música clásica en el cine.

PUNTUACIÓN: 9


Antonio Miranda. Agosto 2018.