7 sobre 10
PROMETHEUS (2012).
MARC STREITENFELD.
Partitura ligeramente engañosa, en su inicio. Etérea, suave, dispersa en sonidos
que pululan como la seda...y que evolucionan hacia lo desconocido y el terror.
El final de la primera hora, coincidiendo con el aterrizaje de la nave en el
nuevo planeta, descubre un detalle que nos hará comprender la estructura de la
música: el tamaño enorme de los sistemas de la nave, sus componentes y detalles
que rodean los planos principales son, drásticamente, golpeados en varias
secuencias por el director convirtiendo sus dimensiones en meros
''centímetros'' al lado del espacio global en el que se sitúan y ''viven''. La
secuencia comentada nos hace ver la nave como algo dimensionalmente diminuto al
lado del planeta. La composición, por tanto, siempre (desde un inicio incluso)
hará referencia a esas dimensiones gigantescas y poderosas del espacio global:
Streitenfeld emplea los pads, sonidos sintetizados y los vientos para reflejar
este poder, fuerza e infinita dimensión descriptiva a la que se adhiere desde
la realidad hasta el espacio y la materia.
La escena en la que la expedición descubre sus primeros hallazgos
en el nuevo planeta (incluida la cabeza del cadáver que encuentran) supone un
salto en el nivel narrativo y el enlace a la parte más interesante y
devastadora de la aventura. El compositor inicia un tema poderoso que abraza a
la larga secuencia desde sus primeros pasos hasta el regreso a la nave
‘’Prometheus’’. El tono de la partitura, aún deslizándose hacia la acción, no
deja de ser delicadamente medida a través de sonidos continuos. El tema
principal (único punto débil hasta el momento; sencillo, simple y trivial, no
está a la altura de la grandeza de las imágenes hasta poco más adelante)
aparece en contados instantes, muy breves, queriendo referir el ámbito
romántico y esperanzador de encontrar algo en lo cual se cree. La mitad de
metraje nos conduce de la parte pausada (incluso tediosamente atractiva) hasta
la inquietante atmósfera de terror. Llegados a los avances de las criaturas
monstruosas, el compositor también lo hace y nos dedica, entre fragmentos
escalofriantes (puramente descriptivos), una escena hermosísima con el
desarrollo completo del tema principal, esta vez sí convenientemente plasmado,
y que recrea la llegada del ‘’robot-humano’’ a una de las estancias importantes
en relación al enigma de los seres creadores. Streitenfeld, poco a poco, pasa
de una situación algo difusa a otra de un convencimiento firme. El choque
formidable entre secuencias brutal y elegantemente compuestas con otras de
músicas esperanzadoras, sella la calidad final de la obra y la diferencia, ahora absolutamente, de otros enfoques en la famosa saga de ''Alien''.
En definitiva, una obra bien creada, firme, que crece con el paso
de los minutos y consigue una atmósfera opresiva al lado de ligeros toques de
esperanza. Notable trabajo.
ESCÚCHALA SI...: te gusta la música angustiosa con toques melódicos bien insertados.
NO LA ESCUCHES SI...: no quieres mancillar el espíritu de Jerry Goldsmith con obras nuevas.
RECOMENDACIÓN END TITLES: sí.
OTRAS OBRAS DEL AUTOR: ''American gangster'', ''Un buen año''.
PUNTUACIÓN: 7
Antonio Miranda. Septiembre 2015.
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