EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO/ Pier Paolo Pasolini- Johann Sebastian Bach- Luis Bacalov- Otros

 


NOTA PELÍCULA: 7 sobre 10
NOTA MÚSICA: 2 sobre 10


EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
1964

No se puede pretender insertar la atmósfera, la divinidad y la gloria de la música del mejor compositor de la historia, JS Bach, y acompañarla de un par de excentricidades insultantes a la sensación de poder que generan las partituras del único compositor alemán y alrededor de las cuales, sin duda, Pasolini como director fabrica.

El error del director descansa, indudablemente, en pretender humanizar al Cristo, darle un toque gospel, afroamericano, distinto, y matizar el lado divino de Jesús, cuando lo dibuja con las notas eternas de Bach. Bach es la representación divina en la tierra, con sus notas, con su arte, con su absolutismo artístico, lo que no puede ser tocado por otros, matizado por cualquier otra nota y menos con un estilo musical que denota una modernidad de la que carece la figura del Cristo y, en realidad, toda la película. Si Pasolini quería impregnar a la obra de una humanización clara, erró en escoger a Bach. Si pretendía reflejar el carácter divino del evangelio, evidentemente erró en usar ''otra música'' distinta a Bach.

Nos encontramos ante una historia de retratos, de una humanidad que el propio Pasolini confunde pretendiendo dársela de forma patente cuando es un entramado latente y humano el que brota en las imágenes, en las miradas y en las melodías de Bach. Una interpretación sublime del protagonista, un par de instantes de silencio abrumadores, ejemplares, una música original de Luis Bacalov adecuada y precisa, bonita, Mozart sin desentonar, Prokofiev y un error monumental de concepción musical, que ya hemos comentado, y que yerra de manera brutal el concepto general de un filme que podría haber sido sobresaliente y que los intentos ridículos de esas ''otras músicas'' lo estropean todo. Decepcionante.

Voy a dejaros en esta crítica los pensamientos instantáneos que iba escribiendo según veía la cinta y otros, que quizás algún día publique, y que todavía turbaban más mi sensación:


...un inicio asombroso por la inserción de una musical modernidad grotesca entre un clima divino, histórico, clásico, puro: la música tiene edad, tiene ritmo, tiene reminiscencias y cuerpo, alma y sentires que conducen y que guían. No puedes cometer un error tan drástico con una canción de gospel como referencia a una secuencia tan divina como el nacimiento de Cristo y la visita de los Reyes que, más todavía, ¡has purificado minutos antes con la divinidad de la partitura de Bach! Personalmente no controlo mi asombro en uno de los instantes más hirientes que he tenido viendo y escuchando cine.

Passolini declaró respecto a la música del filme que se trataba de música religiosa de todas las partes del mundo y múltiples culturas. Ahora bien, respetando la genialidad del artista, es éste el que debe respetar la linea lógica de la expresividad. Yendo al extremo: no puedes casar la inigualable forma y fondo de Bach con la de la canción espiritual tradicional 'Sometimes I feel like a motherless child', independientemente del sentido de su letra y de la significación de dolor que pueda sentir un hijo sin su madre, evidentemente fabricando con esto la metáfora de la vida de Jesús y María. 

Pronto identificará de nuevo el director la canción suscrita con el carácter del nacimiento a una nueva vida, a la conversión a la creencia en Cristo mediante la aparición de Juan el Bautista y su bautismo; no obstante, de inmediato el giro aparece y se junta la música orquestal clásica con la imagen de Jesús, lo que provoca de nuevo un choque frontal de intenciones, de sensaciones extrañas que con seguridad, si estudias el arte en su conjunto, de nuevo parece que algo no funciona. 

...la intención del director es precisa, sencilla: demostrar la salvación de los hombres con la aplicación de los temas gospel. Van siendo aplicados durante la obra e incluso amortiguando las sensaciones negativas iniciales; no obstante, en escenas como llegada casi la hora de metraje, con la curación del tullido, se enlazan tanto las notas gospel para la curación como a Bach para la marcha tras el milagro, emergiendo una confusión en el estudioso que empodera un amalgamiento desordenado, una atemporalidad con Bach y una traslación a la modernidad con lo afroamericano que, sin duda, es un estilo musical, unas notas y unas estructuras que no simbolizan en absoluto una emergencia de la idea, de lo intelectual, sino de lo terrenal en la modernidad de un estilo reciente. Sí, eso es, quizás Passolini quería sintetizar los actos terrenales con su aplicación, pero si así fuera, casi pegarlo con la presencia de Dios, de Bach, resulta de una sorpresa rotundamente negativa para la grandeza espiritual del filme.

Quiero llamar la atención del estudioso, del cinéfilo, del amante del arte que visualice esta gran obra desde que el controvertido tema deja de sonar, algo así como comenzar la película cuando Juan, el Bautista, es decapitado y Cristo comienza su verdadero tránsito al sufrimiento: la obra adquiere, de esta forma, con este visionado, un cuerpo y una compostura verdaderamente serios, imponentes, crudos... Obviamente, aquí tenemos la prueba de todo lo anteriormente expuesto; no obstante, el final hunde de nuevo toda esperanza de arreglo de una película hermosa.


Antonio Miranda

Abril 2025





UN TRANVÍA LLAMADO DESEO- Alex North/Elia Kazan

 



A STREETCAR NAMED DESIRE- 1951


Obra excepcional y partitura sobresaliente. 

Una composición histriónicamente medida y situada en pantalla como histriónica es la protagonista.

Un tema principal arrebatadoramente clásico, arrolladoramente intelectual.

Una secuencia, la de las dos hermanas cuando la mayor le pregunta si ha escuchado algo sobre ella durante la conversación con su marido, a lo cual la pequeña lo niega, que podría considerarse como panacea de la música de cine; como una de las mejores composiciones para escena alguna de la historia de la música de cine. A la media hora de historia, Alex North plantea un fondo sedoso de música y unos silencios que su estudio simplemente lo explica: sublime.



Una obra recomendable en todo sentido: esencial en el arte del cine y de la música, sin objeción.


Antonio Miranda

Marzo 2025



BSO- EL HOMBRE ELEFANTE (ELEPHANT MAN)- John Morris.


7 sobre 10


ELEPHANT MAN (1980)
JOHN MORRIS

LA AVARICIA, la bondad, el idealismo, las relaciones sociales o la impronta que una maniobra astuta de triunfalismo deja en el ser humano son varios de los numerosos comportamientos que este magistral filme nos hace ver. John Morris, con su partitura, los acentúa.

Nos encontramos ante una composición muy

EYES WIDE SHUT- György Ligeti/Dmitri Shostakovich/Jocelyn Pook

 


EYES WIDE SHUT- 1999

10 sobre 10


Una partitura directa y quebrada, conformando los dos extremos de una línea recta que por derecha e izquierda se extiende hasta un infinito de sugerencias, de interpretaciones y sensaciones inacabadas para con cada una de las veces que Ligeti aparece y Shostakovich inicia y cierra la obra. 

El estudio de la música que lleva a cabo Stanley Kubrick es