Las MEJORES BANDAS SONORAS de la historia del cine- BEST SOUNDTRACKS EVER

(ENTRADA DINÁMICA, EN CONTINUA ACTUALIZACIÓN)


1- NORTH BY NORTHWEST- Bernard Herrmann (1959)






2-      SCHINDLER’S LIST- John Williams (1993)





3-      THE SHAWSHANK REDEMPTION- Thomas Newman (1994)







4-      REQUIEM FOR A DREAM- Clint Mansell (2000)






5-      PSYCHO- Bernard Herrmann (1960)




6- THE EMPIRE STRIKES BACK- John Williams (1980)




7- LAWRENCE DE ARABIA- Murice Jarre (1962)




   8- VERTIGO- Bernard Herrmann (1958)




 9- ASCENSEUR POUR L’ÉCHAFAUD- Miles Davis (1958)




    10- SENSE AND SENSIBILITY- Patrick Doyle (1995)





  PLANET OF THE APES- Jerry Goldsmith (1967)
JAWS- John Williams (1975)
 STAR WARS- John Williams (1977)
 BEN-HUR- Miklós Rózsa (1959)
ESPARTACO- Alex North (1960)
 METROPOLIS- Gottfried Huppertz (1927)
 ALEXANDER NEVSKY- Sergei Prokofiev (1938)
E.T., THE EXTRATERRESTRIAL- John Williams (1982)
 JASON AND THE ARGONAUTS- Bernard Herrmann (1963)
ONCE UPON A TIME IN THE WEST- Ennio Morricone (1968)
A STREETCAR NAMED DESIRE- Alex North (1951)
 LEYENDS OF THE FALL- James Horner (1994)
CINEMA PARADISO- Ennio Morricone (1988)

LAST AND FIRST MEN- JÓHANN JÓHANNSSON & Y.E. Glotman

 


9 sobre 10

LAST AND FIRST MEN (2020)


Cinta de ciencia ficción experimental, un alarde de imaginación y contenida filosofía que nos hará vivir una experiencia extraordinaria, eso sí, si el espectador se mantiene con una disposición hacia el cine de autor más crudo. Obra póstuma basada en la novela del mismo nombre del escritor Olaf Stapledon.

Nos encontramos ante una historia de visión futurista anclada voluntariamente hacia el pasado, que representa nuestro presente. Incluso podemos descubrir, sorprendentemente, cómo el autor se plantea, en boca de la protagonista, un posible exterminio de la sociedad actual por algún virus maligno…

Jóhann Jóhannsson falleció antes de finalizar la producción de la historia, pero dirigió las bases fundamentales y compuso la partitura en su concepto amplio. Una música como era él, como planteaba él, como fabricaba él: propia, original, rompedora y representando, sin duda, el futuro de la música de cine con un poder sobre el resto de compositores modernos realmente extremo.




La obra que nos ocupa contiene un sinfín de idas y venidas, asignaciones, metáforas, imágenes lineales que reflejan el fluir continuo de la historia de la humanidad. Imágenes lineales quebradas por lindes bruscos, fuertes, como los riesgos que sufre la sociedad futura de la voz en off que nos habla, que quiere comunicarse con el pasado, con nosotros, y que forma quizá la parte más confusa del propio pensamiento actual, sin figurar realmente ningún concepto al que la protagonista se refiere.

El tratamiento de los paisajes y de las figuras (los monumentos llamados

E.T. EL EXTRATERRESTRE- John Williams/Steven Spielberg


E.T.: The Extra-Terrestrial (1982)

Steven Spielberg/ John Williams

Escena de Elliot y ET por primera vez volando en bicicleta


Película comercial donde las haya y, no por eso, menos interesante. El paso de los años enriquece su visionado, embelesa con su partitura y asombra con un final desorbitadamente sentimental.



La secuencia a estudio es el paradigma de cómo un compositor excede en calidad, estructura, sensaciones...en todo, a cualquier otro. John Williams ha sido de los pocos músicos capaces de musicar una escena, conseguir un clímax de sensaciones en ella gracias al clímax musical y, a los pocos segundos, lograr un segundo momento de las mismas o superiores características que llega a dejar perplejo a cualquier melómano empedernido o estudioso del séptimo arte.

El primer instante al que hacemos referencia es cuando niño y extraterrestre emprenden el vuelo en bici, algo tan sorprendente y espectacular que, con el fragmento álgido de la partitura, el espectador ya ha colmado sus expectativas sentimentales, llenas de asombro, del momento. 

Sin nosotros ser conscientes de ello, Williams nos conduce como si de vehículos a su merced fuéramos tal y como ET dirige a Elliot y la bici. La escena nos devuelve a la ilusión y a la prudencia al tiempo, a la calma tras el despegue, al tránsito hermoso incluso por la famosa