BSO- The Mission- ENNIO MORRICONE




8 sobre 10

  Festival de Cannes: Palma de Oro (Mejor película).

THE MISSION (1986).
ENNIO MORRICONE.


    Obra tantas veces ensalzada; en mi opinión, todos los halagos que ha recibido son desorbitados, aunque, por otro lado (el concreto que en las próximas líneas voy a indicar), sí merecidos.

    Morricone compone un trabajo muy serio pero que carece de potente calidad en su música de acción o, incluso, más descriptiva, acorde con la alcanzada por sus excelsos temas principales. Estos adquieren unas alturas tan grandes como para haber sido la mejor obra para cine de todos los tiempos; se queda en un intento de conseguirlo que, particularmente, me deja lleno de rabia. Y todo ello por deleitarme tan profundamente con la parte bella, tersa, delicada, hermosa, extraordinaria de su tema principal y los dos o tres secundarios.


    No obstante lo dicho, los detalles pronto inician una andadura, cuanto menos, atractiva: la flauta shakuhachi sirve de curioso elemento introductorio, enlace entre el mundo nativo (inicialmente peligroso) y el moderno (con el que empiezan las primeras notas melódicas y hermosas de la banda sonora) y que se prolongará inteligente hasta la escena en la que el padre Gabriel toca, por vez primera, el oboe y los nativos acuden en torno a su figura. El triángulo inicial (los humanos salvajes, la civilización y la música) se convierte en un pequeño aviso simbólico, adelanto del trasfondo intenso que tendrá la partitura.

    El primer cuarto del filme es, musicalmente, riquísimo. El fragmento en el que Mendoza, su hermano y Carlotta enlazan su historia es magnífico. En él encontramos el contraste más marcado de la partitura, aquél que nos hace llorar por placer artístico y, al tiempo, nos sorprende por el desequilibrio en calidad compositiva. Las formas temáticas con las que el artista aplica melodías a sus personajes femeninos (recordemos el insuperable ejemplo de Jill, en ''Hasta que llegó su hora'') es algo asombroso y siempre, en algún instante, usando la metáfora musical y el empleo de las notas en secuencias en las que la mujer no está presente. Es el caso de los dos hermanos, escuchándose el tema de Carlotta cuando aún ésta no aparece junto a ellos, en la doma del caballo. Seguidamente, Mendoza y la dama charlan: Morricone golpea la rabia dicha y muestra su lado más débil en la presente obra (cuidado, débil al verse envuelto por tanta belleza desbordante y calidad melódica), mostrando ese lado de apoyo, que siempre hemos de trasladar al significado del sentimiento, pero que en calidad estructural baja el nivel (en este caso, sensiblemente visible al ser precedida la escena por el explicado y bellísimo tema de Carlotta que, curiosamente, no volverá a escucharse como tampoco verse a la bella dama, detalle negativo de la partitura que se origina en el argumento del director).



    La liberación y la supervivencia como conceptos brotan, en la historia, por todos lados a partir de estos momentos. La fuerza vital que va cogiendo la partitura es asombrosa, hasta el punto de anudar multitud de lazos con la aparición, ya principal, del coro en las piezas musicales, cuando Ricardo Mendoza, tras su penitencia, consigue liberarse de su ''carga'' vital, como también parecen hacerlo los nativos hacia la creencia y la fe. Morricone hila ya, en estos momentos centrales de aventura, una estructura que se basa en las variaciones hábiles de los temas principales: auténtica maravilla y muestra de una inteligencia artística fuera de lo común. Un esquema musical que tendrá su momento último en la fusión del canto nativo dentro de la propia partitura. Tal vez encontremos aquí, sutil pero apreciable, ligera repetición de las melodías centrales hasta el punto de resultar repetitivas. Fijan la historia, el concepto, pero, a mi entender, quizá la similitud de todas ellas, en este sentido, las hace a la intuición muy parecidas y constantes en pantalla.

    Existe en ''La Misión'' un contraste entre las partes pausadas y las inquietantes excesivamente marcado. La plasticidad y suavidad de las primeras, magnas como ninguna otra pieza musical en la historia, son ''rechazadas'' por la contundencia y sequedad de las segundas, obligadas, por otra parte, a una ausencia de experimentación (en la que el autor es pionero y experto) para poder introducir variaciones de los temas principales. Aquí reside el gran punto central, hacedor de la ''rabia'' antes comentada y que frena, drásticamente, la posibilidad a la partitura de alcanzar la cima de la historia de la música de cine. Los fragmentos de tensión y acción son demasiado simples para abordar una historia como esta, cargada de emociones y simbología. A mi entender, no se trata de piezas sencillas y geniales, sino de momentos descriptivos notables, pero no más. Morricone, en cierta medida, es, en sí mismo, su propia limitación: la absoluta belleza de las melodías origina la total supeditación del resto de la partitura, siempre remando contracorriente, empujada literalmente por la fuerza de aquéllas.




    El final de la historia se baña de un dramatismo hermoso, incluso el contraste entre las partes bruscas y las bellas es armonioso (si no fuera por un montaje realmente extraño y poco suficiente, en el que de pronto la partitura melódica se fusiona con la inquietante). Morricone termina por rubricar su función y claramente la composición se sitúa en los niveles que le debieran haber correspondido siempre, del tal grado alcanzado con el tema final y los créditos.




    

    En conclusión, una composición llena de contrastes: la hermosura y la fuerza; la calidad y la (odiada por serlo) notable (que no sobresaliente) funcionalidad.



ESCÚCHALA SI...: quieres conocer una de las obras que pudo ser, claramente, la cumbre en la historia del cine.

NO LA ESCUCHES SI...: la belleza del ámbito melódico pretendes mantenerla virgen.

RECOMENDACIÓN END TITLES: sin duda.

OTRAS OBRAS  DEL AUTOR: ''El bueno, el feo y el malo'', ''Por un puñado de dólares''.

PUNTUACIÓN: 8


Antonio Miranda. Octubre 2015.




BSO- The Book Thief- JOHN WILLIAMS



                                                        
                                                             7 sobre 10


    Exquisitos fragmentos de una música tranquila; sin embargo, el genio compositor americano dicta a sí mismo una barrera de magnificencia que no debe ni quiere superar en esta obra. Atractiva, como tantas otras, pero no entre las maestras que se le suponen.

    The Book Thief toma multitud de estilos, fragmentos y detalles de otras partituras, tales como Home Alone, Lincoln, Tintín o algunas de sus últimas creaciones intimistas (Angela’s ashes, sin ir más lejos; o matices identificables en  A.I., Munich y la sutil y magnífica Sleepers) Incluso va más lejos: toca las ligeras  y hermosas sensaciones de las melodías de Bernard Herrmann (un claro ejemplo es el delicado e intrigante tema ‘’Revealing the secret’’)


    Piano usado en su justa medida, escasa pero potente presencia de harpa y una clara visión descriptiva de esta banda sonora en la que el oboe se sitúa en un lugar de privilegio, tantas veces magnificado por el genio Williams en todas, o casi la totalidad, de sus creaciones.

    Interesante y prescindible. Resumiendo: una banda sonora poco reseñable dentro de la mejor discografía de unos de los más grandes músicos de la historia del cine.




ESCÚCHALA SI: eres un incondicional de Williams.

NO LA ESCUCHES SI: esperas una obra maestra.

LLEGARÁ A SER UN CLÁSICO: en absoluto; más bien es una obra a olvidar dentro de su mejor discografía.

OTRAS OBRAS RECOMENDADAS DEL AUTOR: The adventures of Tintin: the secret of the Unicorn

PUNTUACIÓN: 7

01. “One Small Fact” (01:45)
02. The Journey to Himmel Street (01:46)
03. New Parents and a New Home (01:33)
04. Ilsa’s Library (02:21)
05. The Snow Fight (01:01)
06. Learning to Read (02:48)
07. Book Burning (02:51)
08. “I Hate Hitler!” (02:07)
09. Max and Liesel (01:10)
10. The Train Station (02:15)
11. Revealing the Secret (04:09)
12. Foot Race (01:19)
13. The Visitor at Himmel Street (02:01)
14. Learning to Write (02:06)
15. The Departure of Max (02:31)
16. “Jellyfish” (02:07)
17. Rescuing the Book (01:54)
18. Writing to Mama (02:42)
19. Max Lives (01:30)
20. Rudy is Taken (01:59)
21. Finale (02:48)
22. The Book Thief (07:04) 

ANTONIO MIRANDA. Noviembre 2013.



LISTA- LOS 20 MEJORES CINEASTAS DE LA HISTORIA.

LOS 20 MEJORES CINEASTAS DE LA HISTORIA 





 1- Ingmar Bergman (Suecia, 1918-2007)



 2- Andrei Tarkovsky (Rusia, 1932-1986) 



3- Carl Theodor Dreyer (Dinamarca, 1889-1968) 





4- Yasujiro Ozu (Japón, 1903-1963) 



5- Luis Buñuel (España, 1900-1983) 



6- Max Ophüls (Alemania, 1902-1957) 





7- Akira Kurosawa (Japón, 1910-1998) 



8- Alfred Hitchcock (Reino Unido, 1899-1980) 



9- John Ford (EE.UU, 1894-1973) 



10- Kenji Mizoguchi (Japón, 1898-1956) 



11- Federico Fellini (Italia, 1920-1993) 



12- Michelangelo Antonioni (Italia, 1912-2007) 



13- Charles Chaplin (Reino Unido, 1889-1977) 



14- Béla Tarr (Hungría, 1955) 



15- Fritz Lang (Austria, 1890-1976) 



16- F. W. Murnau (Alemania, 1888-1931) 



17- Stanley Kubrick (EE.UU,1928-1999) 



18- Robert Bresson (Francia, 1901-1999) 



19- Billy Wilder (Austria, 1906-2002) 



20- Serguei M. Eisenstein (Rusia, 1898-1948)





Otras listas END TITLES:








IGNACIO SANTOS. Abril 2014.

BSO- Filth- CLINT MANSELL





                                                          8 sobre 10


Primer tema melódico, dulce incluso; el segundo, progresivo, un rock experimental directo y sencillo. Tercero: mínimo acercamiento al experimento mediante pizzicatos. Cuarto tema: Mansell nos aproxima a su loca y conocida genialidad mediante una marcha ligera, de un minimalismo estudiado y machacando el oído con una insolencia exquisita.



La composición transcurre entre fragmentos simples nada rechazables y otros más experimentales y minimalistas, con sonidos y estructuras melódicas constantes que a veces se sostienen por acordes de guitarra eléctrica y composiciones de batería entre el pop y el rock, generalmente orientadas a momentos de máxima expresión.  Encontramos igualmente varias secuencias de corte más intimista aunque no por ello convencionales. El compositor nos conduce a estados profundos usando elementos orquestales comunes pero para nada condicionado a las melodías triviales o sensaciones típicas; él, sencillamente, no es así.



Un último tema de quince minutos continuados de capas minimalistas formando un todo experimental nos ayuda, en definitiva, a censurar un atrevimiento como éste o a seguir al genio de  manera desenfrenada. Exquisito final que seguramente no invitará a la gran mayoría de oyentes a sentir verdadera atracción por esta magnífica banda sonora; algo que, personalmente, me fascina.


ESCÚCHALA SI: eres un atrevido oyente y buscas nuevas ideas en la música.

NO LA ESCUCHES SI: quieres relajarte escuchando melodías hermosas y directas que no te hagan ''pensar''

LLEGARÁ A SER UN CLÁSICO: un compositor como éste y una música como la tratada poco pueden luchar para llegar a ser clásicos de la música de cine de la gran mayoría. Podría serlo de una minoría inquieta y perceptiva.

OTRAS OBRAS RECOMENDADAS DEL AUTOR: ''Réquiem por un sueño''; ''Cisne negro''.

PUNTUACIÓN: 8 sobre 10.


"Filth" Score Tracklisting
01. Winter Wonderland 2:11
02. DS Bruce Robertson 2:06 03. The Games 2:01 04. Poliswork 3:45 05. Love Is Cruel 3:52 06. Reeperbahn Madness 3:25 07. Home Is The Darkness 3:39 08. My Name Is Frank Sidebottom 3:11 09. Robbo Turns Off The Gas 5:36 10. Smokey Bacon & A Kiss Goodnight 2:16 
11. Same Rules Apply. 15:12


ANTONIO MIRANDA. 2013.



BSO- The silence of the lambs- HOWARD SHORE



                      
                                            9 sobre 10

    Existen en al ámbito artístico creaciones sumamente complejas en su primer y atrevido análisis; la vista, los sentidos en conjunto, el oído en nuestro caso, compiten con la obra en cuestión para conseguir comprenderla (en ocasiones no lo conseguimos y no es esto sino un matiz más de lo atractivo y maravilloso que tenga).  Ocurre con la composición que tratamos, un entramado de melodías complicadas de escuchar, por lo que se hace muy necesario el estudio musical y simbólico de todos sus matices para llegar a saborear, disfrutar y valorar la obra de Shore para The silence of the lambs.

    Magistral concepto de la unidad; la música transcurre como un auténtico y único tema que va a parar, irremediable e intencionadamente, a  ‘’The cellar’’, siete minutos agobiantes y que absorben con fuerza absolutamente todos los conceptos musicales de la obra que tratamos.




    Howard Shore emplea únicamente elementos clásicos orquestales. La cuerda es la dueña; el viento: un complemento que otorga melodía al tema principal y lo rescata ligeramente de la sombra oscura y tenebrosamente genial que el saxofonista canadiense le da a la película.

    No es ésta una música para película popular ni exitosa entre crítica y aficionados. No lo es, evidentemente, por su extraña concepción. Nadie podrá, con ella, sentarse o tumbarse y, cerrando los ojos, tranquilamente disfrutar de una audición. Nada llega directo; todo anda disfrazado en unos ambientes extraños de melodías y unidades que o te dispones a estudiar con seriedad o despojarás, injustamente, a esta partitura de cualquier mérito. Mérito y maestría las tiene sin duda.


ESCÚCHALA SI: tienes un buen rato para reflexionar y estudiar música.

NO LA ESCUCHES SI: eres un amante de las bandas sonoras comerciales.

LLEGARÁ A SER UN CLÁSICO: en mi opinión, lo es.

PUNTUACIÓN: 9


Antonio Miranda. Septiembre 2013.


BSO- GAGARIN (first in space)- GEORGE KALLIS

                                             7.5 SOBRE 10




Criado en Chipre, Kallis, un desconocido hasta el momento, y también poco productivo hasta la fecha, compositor de cine y televisión nos ofrece una obra exquisita; personalmente la calificaría como un cuidado y  hermoso juego musical. Combinación muy estudiada de coros, orquestación clásica y sonidos electrónicos de nueva era.


Nunca diría de esta obra que será recordada, encumbrada o incluso premiada en las grandes citas musicales, pero su escucha resultará agradabilísima y sumamente rica a medida que el oyente se proponga estudiarla como una  composición más allá del placer de los sentidos. La música camina tranquila a ratos, cauta...buscando los momentos en los que 'golpear' el oído con algo sorprendente. Ninguna de estas sorpresas son novedosas, originales o extravagantes obras maestras; sin embargo, personalmente, recomiendo esta banda sonora europea.

Destacable la pista cinco: 'The Launch of Vostok'

Rusia y Suecia.


ESCÚCHALA SI…: estás dispuesto a un estudio de una obra que en un principio pueda parecer sencilla y directa, pero que guarda muchos matices interesantes.

NO LA ESCUCHES SI…: las melodías fáciles te cansan y buscas extravagancias.

LLEGARÁ A SER UN CLÁSICO:no, nunca.

PUNTUACIÓN: 7.5




TRACK LIST
1 The Night Before 1:04
2 Vostok 2:10
3 Yuri and Valentina 2:30
4 Goodbye Brothers 1:56
5 The Launch of Vostok 4:06
6 Earth from Above 1:56
7 Good News 2:05
8 Levity 2:04
9 Command Headquarters 1:10
10 Discussions 1:30
11 The Hanging 1:49
12 Cosmos 3:48
13 Goodbyes 2:12
14 Vostok in Space 2:40
15 The Tumble 0:56
16 Remember Me in Prayer 2:48
17 People in the Streets 2:54
18 Father 1:54
19 Falling and Remembering 1:49
20 Orange Parachute 4:08
21 Glory 3:10

Antonio Miranda.

VÍDEO- ''El secreto de sus ojos''- FEDERICO JUSID.

    Exquisita banda sonora de Jusid para la película ''El secreto de sus ojos''.
Aquí os dejo un pequeño e interesante vídeo del compositor al piano, explicando los dos temas principales de la composición:







BSO- The Turin horse (El Caballo de Turín)- MIHÁLY VIG






 Enlace directo a la reseña de la película en End Titles:




‘’Los diez primeros minutos me parecieron de una belleza extraordinaria; a partir de ahí, ya no entendí nada’’

                Leí este pequeño apunte  en cualquier sitio a no sé qué persona que presenció la obra en una sala de proyección; en efecto, ni el filme ni su música son nada entendibles para quien intente sentarse a ver una película. Es la vida, pero una vida singularmente concebida desde el análisis filosófico. La existencia es una asquerosa y burda  muerte, repetitiva, trivial y austera que suena hasta machacarnos el cerebro y  la carne (como la música que, insistente, suena ya desde el inicio, cuando el caballo huye de la vida hacia su muerte, guiado por el viejo dueño y sentenciado, momentos atrás, por el crudo y extraordinario abrazo de Friedrich Nietzsche).








                Un amigo me dio a conocer ‘’The Turin horse’’; tarareó fielmente los acordes que sirven de base para el compositor durante toda la obra. Al escuchar, comenté: ‘’Pero… ¡si eso es Vértigo, de Herrmann!’’ Ambos nos sorprendimos. En efecto, ambas estructuras son similares, una (Vértigo) iniciada desde las notas agudas a las graves y la otra (The Turin horse) al contrario. Y ambas sirviendo de base al resto de la música. Y ambas, distanciadas por los años, confluyendo a una misma estructura filosófica y vital. Curioso y atractivo.







Béla Tarr (el director) da cuerpo a una estudiada forma artística; aquí entra en juego nuestro componente: la música. Vig (el compositor) propone una partitura minimalista en extremo,  una composición de cámara con violines en melodía principal (tres notas, con la última de ellas prolongada) y cuerdas magníficas como arreglos, un grupo de ellas subiendo y bajando notas continuamente (las similares a la base usada por Herrmann) y las otras, tediosas, monótonas, adornadas con sólo dos apuntes que juegan y ríen burlonamente, conociendo, sólo ellas, el desenlace final. Este pequeño arreglo, sus dos notas, tocadas por los graves de la orquesta, simbolizan tantas situaciones que alguien que no tuviera su intención puesta en la música quedaría asombrado al conocerlas. Voluntad o no del director, del compositor, pero ahí está: el viejo y la hija; lo humano (el viejo y la hija) contra el animal; la huida y el regreso; la idea de Dios y el tedio de la vida; así…muchísimas otras.

                Mihály Vig crea para la película un solo tema, no hay más. Se va repitiendo a lo largo de la obra. Una estructura de unos cinco o seis minutos en el que también se incluye un pequeño matiz: la idea de Dios (la tormenta apocalíptica, el posible final de la existencia…) aparece en la composición en forma de órgano, tantas veces relacionado con las iglesias y vivencias religiosas, y que nace entre las notas tímidamente, casi imperceptible al oído, pero que adquiere, para el oyente intrépido y atento, una especial dirección del grupo musical. ¿Algo nos querrán decir director y compositor con este matiz tan etéreo y a la vez importante? Las interpretaciones pueden volar tanto como para formar miles de ellas.

                En fin, un entramado voluminoso y lento, como la vida; estudiado y de una simpleza minimalista llega a un nivel muy alto empastado en ese mundo tedioso que representa la película. Lástima su escasa duración que limita, de forma importante, la calificación de este fruto artístico; o, tal vez, se agradezca una apuesta de tal tipología.


     …ESCÚCHALA SI…: te atreves a ser perforado por un minimalismo absoluto y a soportar la grandeza de una obra que a la mayoría cansará.

    ….NO LA ESCUCHES SI…: no sabes o quieres apreciar cinco únicos minutos de música durante dos horas y media, espaciados por silencios turbadores y secuencias eternas.

Hungría.


Antonio Miranda. Marzo 2014.

EL CABALLO DE TURÍN



Enlace directo a la reseña de su banda sonora en End Titles:




Título original: A Tórinói ló
Año: 2011
Nacionalidad: Hungría
Director: Béla Tarr
Intérpretes: János Derzsi, Erika Bók, Mihály Kormos
Música: Mihály Vig
Sinopsis: Alegórico relato que sigue siete rutinarios días de las vidas de un viejo cochero y su hija, inmersos en una incesante tormenta de viento.

            El caballo de Turín, broche de oro a la filmografía de Béla Tarr (pues según las palabras del propio autor húngaro, no volvería a dirigir), es un grito desesperado. Desesperado ante el vacío de la vida y la condición mortal del hombre. 146 minutos de hipnótica belleza en los que la cámara, serena, sigue las repetitivas rutinas diarias de los protagonistas mientras una tormenta de viento de tintes apocalípticos azota su apartada cabaña.

            No hay esperanza para la humanidad, como no la hay para los personajes de esta historia: seres alienados y entregados a la repetición diaria de unas tareas encaminadas a la supervivencia, que los privan de un horizonte digno y que los sumen en el más absoluto vacío. Por si fuera poco, una serie de insólitos hechos (el cese del sonido de las termitas, el cambio de comportamiento del caballo, la repentina sequía del pozo,…) hacen presagiar la inevitable llegada de algo temible, algo de lo que es inútil huir: la oscuridad definitiva.



            Sin embargo, no se atisba en ellos la más mínima ansia por revertir su hastío y apasionarse por algo, sino que aceptan silenciosamente que no cabe esperar nada mejor de la existencia. Y es ésta una reflexión que no se limita a la particularidad de dos personajes de escasos recursos en la Hungría rural de finales del XIX, sino que es aplicable a pasado, presente y futuro de la humanidad en su conjunto.

            La película, en un bello blanco y negro que desborda un lirismo inigualable, se compone de una sucesión de larguísimos planos secuencia, tan propios de su genial director. En ellos, prima un estilo claramente contemplativo y reflexivo, no apto para todos los paladares, pero que eleva El caballo de Turín a la categoría de obra maestra.



            Con ella, Tarr alcanza la culminación de su cine, tanto a nivel estilístico como de contenido, ya que su discurso llega aquí al más alto grado de pesimismo. Junto a todos los componentes citados, debe ser resaltada la genial composición musical de Mihály Vig, tan repetitiva y alienante como la vida de los protagonistas y el viento que los golpea.

            Calificación: 10

            Ignacio Santos.