WILLOW- James Horner


9 sobre 10

Festival de Cannes-Sección oficial: fuera de concurso


WILLOW (1988)
JAMES HORNER


Exuberante composición. Partitura de un James Horner pletórico, repleto de Arte por donde quieras mirar su trabajo y que no hace sino crecer su figura tras el fatídico accidente de avión que le costó la vida.

Los primeros diez minutos son devastadores. Bastaría con ellos para dejar claras las intenciones del artista y la calidad y su dominio de una aventura ya convertida en clásico de aventuras de culto. El manejo de la narrativa es excepcional pero, no obstante, el tema principal es de tal belleza y se ejecuta de tal manera y en instantes estudiadísimos que absorbe todo cuanto alrededor de él funciona. Un servidor, hace ya muchos, muchos años...fue cautivado por esta melodía y, afortunadamente, con ella se inicio un periplo de interés por la música de cine que jamás será borrado por cualquier otra melodía. Espectacular.


La partitura, bajo una clara influencia del clasicismo musical, consigue hacer olvidar este aspecto y logra un nivel de narración de las secuencias, las cuales presentan un dinamismo intensísimo, muy alto combinando con habilidad unos temas con otros y presentando con agilidad una propuesta magistral, cauta hasta llegar al final, con fuerza pero sin desmedida presencia, algo que Horner siempre conseguía. El espectacular tema principal, tierno y evocador, al lado del tema clásico de acción y todo entrelazado como una estructura única consiguen posicionar al compositor como lo que fue, una promesa mayúscula de la música de cine en aquella época que conseguiría composiciones, además de ésta, de una maravillosa e inaudita calidad.



Con uno de los temas principales que más se disfruta en un filme cada vez que aparece, 'Willow' es una obra de un nivel incuestionable, recomendable para cualquier estudioso y, sin duda, ideal para todos los principiantes.

Para terminar, un pequeño detalle, curiosidad que se destapa como inteligencia musical de un genio indudable cuando estudias su intención: la parte final, maravillosamente compuesta y aplicada a la acción (eran los primeros tiempos de Horner), resulta de un minutaje largo, trepidante y durante él en ningún momento suena el tema romántico (asociado a la niña, al esfuerzo, a la lucha, al coraje, al idealismo...). Las trepidantes notas parecieran habérselo 'comido' literalmente. Tras todo este fragmento, Horner literalmente nos inyecta la muerte por placer cuando lo vuelve a insertar en el abrazo de Willow con su esposa. Asombroso, de esas escenas que no aparentan gran cosa pero que, sin duda, la sencilla genialidad de un mago del cine consigue mutar la normalidad hacia la belleza. Inigualable.



Antonio Miranda. Junio 2020






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