8 sobre 10
Título
original: Manbikikazoku (Shoplifters)
Año:
2018
Nacionalidad:
Japón
Director:
Hirokazu Kore-eda
Intérpretes:
Lily Franky, Kirin Kiki, SosukeIkematsu, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu
Matsuoka.
Música:
Haruomi Hosono
Sinopsis:
Una familia que vive en un barrio humilde sobrevive a base de pequeños hurtos
en establecimientos. Un día se topan con una niña ignorada y maltratada por sus
padres y la acogen en su hogar.
En
declaraciones realizadas con motivo de la presentación de la película en el
Festival de San Sebastián, tras haber obtenido la Palma de Oro en Cannes, el
propio Hirokazu Kore-eda explicaba: “La historia de esta película es la de
una familia que se va desintegrando por una serie de elementos relacionados con
lo que entendemos como justo. Primero desde el interior, cuando el chico
empieza a tener un sentimiento de culpabilidad. Y después, por otro elemento
que es la presión de la sociedad, lo que la sociedad considera que es justo”.Y
en efecto, es una entrañable historia que confronta las instituciones y valores
establecidos (la familia, la ley, lo generalmente aceptado como el bien y el
mal,…) con los sentimientos auténticos, planteando interesantísimos dilemas
morales.
El
director, desde el punto de vista de la narración, juega con el espectador al
no hacerlo partícipe de lo que sólo la familia protagonista sabe, situándolo
por tanto en la misma perspectiva que el entorno que los rodea y el resto de la
sociedad; y a lo largo del metraje va dando ciertas pistas de que no todo es lo
que parece (el confuso vínculo como hermanas de los dos personajes femeninos,
la reticencia del niño a llamar papá a Osamu, el diálogo entre la madre y la
abuela en la playa,…), pistas que sólo al final encajarán, llevando a un
emotivo final y una inolvidable lección de vida.
´Shoplifters´ supone una vuelta a las constantes temáticas
habituales de su autor: el tránsito vital, la vejez, la muerte, las vicisitudes
vividas por los olvidados de la sociedad… y, especialmente, las relaciones
familiares. Pero, en esta ocasión, con una nueva vuelta de tuerca que consiste
en abstraer los vínculos emocionales puros despojándolos expresamente de las
etiquetas biológicas o burocráticas, que son las únicas aceptadas por el
“sistema”, y confrontándolos directamente con éstas.
Excelentes,
en definitiva, tanto la labor de dirección, con una narrativa sobria,
equilibrada y aséptica en cuanto al juicio moral a los personajes, como el
guión, firmado por el propio Kore-eda y que reserva para el tramo final la
mayor carga emotiva y temática. La música, por su parte, corre a cargo del
también japonés Haruomi Hosono, y cumple satisfactoriamente el subrayado descriptivo
de los estados de ánimo de los protagonistas en diferentes momentos, como los
ritmos joviales que acompañan la escena de felicidad de la playa o las sombrías
notas de cuerda en determinados instantes de tristeza.
Ignacio Santos
Junio 2020