6,5 sobre 10
WHERE THE WILD THINGS ARE(2009)
CARTER
BURWELL
Película
interesantísima, atractiva en matices abstractos, a veces absurda y otras
irritante. Las vivencias de un niño desobediente que escapa de casa y conoce a
un grupo de monstruos descontrolados, como él.
Banda
sonora estropeada por Karen O, encargada del apartado de canciones, en
detrimento de un concepto e impresión globales que habrían sido excelentes. El
director, literalmente, tiene la culpa. No la sitúo, pese a ser cierto, en los
créditos de la partitura.
La
tipología de filmes que vemos y la impresión e interpretación que tenemos de
ellas representa, sin duda, un hecho subjetivo. Habrá a quien le encante el
matiz ‘aéreo’, ‘libre’ y ‘optimista’ que en exceso le otorga haber incrustado
canciones de pop alternativo en el argumento. Personalmente, y sopesando lo que
es y lo que pudo ser, me parece uno de los mayores errores en cuanto a
interpretación musical que un director jamás haya llevado a cabo.
La
líder de la banda indie rock, junto a sus invitados musicales, aparece
incrustada como si la luz fuera la vida, como si el dolor no existiera y ningún
sentido real y transcendental de la historia del pequeño, irritado con la vida
de los adultos y obsesionado con la suya, fuera importante. El empleo de estas irritantes
canciones es irritante.
Carter
Burwell camina tranquilo por sus nociones de inteligencia musical. Su muestra
de conocimiento es tremenda en cada banda sonora y aquí, no menos; no obstante,
Spike Jonze (el director) se lo pisotea sin pretenderlo. La extrañeza del filme
es la extrañeza de Burwell. Los momentos frenéticos de vivencias y diversión
son como pegotes impostados que la música de Karen O transforma en malos cuando el primero podría
haberlos matizado en el contexto, fundiéndolos con el entendimiento total. Sin
duda, un alarde de querer entretener en un filme que sería delicioso si
produjera todo el rato lo contrario: ‘aburrir’
No obstante
todo lo anterior, obra recomendable y un detalle que ningún estudioso de cine
debería perderse: Burwell argumenta el final. El poder del músico sobre la
imagen es tan abrumador que él mismo genera el sentimiento al espectador: sin
alardes, sin filigranas, sin agobios, con delicadeza, sin perfecciones y con un
poder controlado digno de admirar. De los finales más controlados y más
logrados de los últimos años en cualquier partitura para cine. Maravilloso.
Karen
O: 4
Carter
Burwell: 9
PUNTUACIÓN:
6,5
Antonio Miranda. Julio 2018
Antonio Miranda. Julio 2018