9 sobre 10
‘’STAR WARS.
EPISODE VI: THE RETURN OF THE JEDI’’ (1983).
JOHN WILLIAMS.
Tras
la inigualable ‘’El Imperio contraataca’’ nos llega la partitura en cuestión,
intrigante, esperando conseguir metas que ya su antecesora alcanzó de forma insuperable.
El inicio nos deja algo fríos tras presenciar el éxtasis musical de la saga en
la anterior entrega pero, no obstante, asistimos a una primera media hora de
aventura inteligentemente compuesta a partir de la descripción y cimentada,
ante todo, en un ámbito novedoso: las criaturas extrañas de Tatooine, lideradas
por Jabba el Hutt, inspiran al compositor una serie de temas extraños,
originales y jazzísticos que, introducidos ligeramente en el episodio anterior,
son ahora la base para crear esa atmósfera irrespirable y estrambótica inicial.
Un riesgo en toda regla atendiendo al contraste indudable de su estructura con
la del sinfonismo del resto de la obra. Y un acierto que sólo podía llevar a
buen puerto un genio de la música de cine.
No
tardan en abandonar los presos y condenados a muerte su pena y el planeta
Tatooine. El final de la primera parte de metraje es, musicalmente hablando,
exquisito. Llega un instante importante: Luke acude de nuevo junto al maestro
Yoda, que yace en su lecho. Ambos inician una última conversación que el
compositor se encarga de dorar y enfatizar de una forma tal que llega a crear
una de las escenas más altas de toda la saga. Las modulaciones que ensamblan
admirablemente los distintos temas empleados en esta única composición son
sobresalientes. La variación que introduce a la hora de aplicar el tema de la
Fuerza: asombrosa. El resultado: inquietante, romántico, hermoso e importante.
La
primera parte concluye pausada y a un nivel alto. La charla de los rebeldes
para atacar la nueva Estrella de la Muerte comienza una secuencia descriptiva
de importante presencia en la música de la saga, concretamente de la segunda
trilogía (y primera en argumento) en la que los instantes de partitura son
constantes y con apenas descanso, incluso en las partes dialogadas, donde
Williams acude a las cuerdas y las formas mantenidas, concretamente originadas
en esta escena que comentamos. Darth Vader y Luke intuyen su cercanía. El
compositor alza tímidamente los registros y crea la tensión necesaria. Se
inicia la segunda parte.
La
aparición del tema y las variaciones de los ewoks, personajes simpáticos y
carismáticos, como sus notas, abren la puerta al desenlace de los
acontecimientos. Este tema se usará ya, breve y puntual, entre los fragmentos descriptivos
de esta parte previa al final en la que el compositor, si bien mantiene la
unidad y estilo, tal vez descienda unos peldaños en calidad y mantenga el apoyo
absoluto a muchos de los momentos. El tema de la Marcha Imperial, a juicio de
quien esto escribe, surge demasiadas veces en corto espacio de tiempo y no
variada de tal forma que contenga en sí inquietud y atención. Estamos en el
tercer cuarto de la historia. En seguida no podía ser de otra forma: el nivel
asciende repentino, explosivo. ¿Por qué este pequeño y dubitativo intervalo,
que hace al estudioso cuestionarse el momento? Efectivamente, el genio más
grande de la música de cine de acción se ha guardado una pequeña sorpresa para
el final, por lo que nos ofrece este breve interludio de calma. Con esto, el
inicio del tema final (la batalla múltiple que se forja en tres escenarios)
brota heroico y poderosamente insuperable. Su melodía es nueva, insertada como
si de un pegamento se tratara en el desenlace de la historia. Sólo Williams
podría convertirla en parte inseparable del equilibrio, un motivo musical nuevo
que aparece al final: sorprendente. Comienza el desenlace.
El
colofón a la sexta entrega (en argumento) mantiene un ritmo endiablado y una
modulación tan exquisita como la de las anteriores. El desenlace final, con
Darth Vader a la cabeza, es matizado inteligentemente, esta vez sin
estridencias ni acumulaciones del tema que le adjudicó el compositor en sus
inicios. Aparece únicamente bien firme y delimitado con la imagen de la máscara
final, un verdadero apoteosis global con la que, realmente, concluye todo.
En
definitiva, la partitura para ‘’El retorno del Jedi’’ supone un broche de oro a
toda la historia hasta el momento rodada. Un nivel máximo en las narraciones y
el uso meditado de los apoyos hace que su nota ascienda hasta niveles muy altos
y presente varias de las secuencias más importantes de la saga, musicalmente
hablando, y de la historia de la música de cine, también sin duda.
ESCÚCHALA SI...: no quieres perderte una obra maestra más de la saga con la que el compositor finalizó lo que iba a ser el grupo definitivo.
NO LA ESCUCHES SI...: únicamente rechazas el universo ''Star wars'' de forma radical.
RECOMENDACIÓN END TITLES: sin duda.
OTRAS OBRAS DEL AUTOR: ''Family plot'', ''Minority report''.
PUNTUACIÓN: 9
Antonio Miranda. Noviembre 2015.
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