7 sobre 10
ALIEN 3 (1992).
ELLIOT GOLDENTHAL.
Los primeros
veinte minutos de la partitura de Goldenthal para Alien 3 pululan alrededor de
un argumento que quiere pero no puede. Su solidez es poco estable y peca de
mantener un tono similar al de la aventura. Deambula por lo descriptivo, lo
inquietante y lo atmosférico. Tras los minutos comentados, el artista da un salto
y aparece. Sus notas, su tono y su ambiente son propios: sin duda, es Goldenthal.
Elliot
Goldenthal ha caminado por los senderos de la música de cine a modo de
resistencia aeróbica, pausado, tranquilo y sin prisas; pero firme y
atractivísimo. Eso sí, lo último nunca para los oídos cómodos y comerciales.
Así se muestra en ‘’Alien 3’’. Llegamos a la media hora de metraje, primer
cuarto, y el compositor se ha dedicado a reflejar el ambiente de la cárcel,
claustrofóbico pero al tiempo romántico, idealista y cercano a la religión (que
profesan los reclusos). Goldenthal camina entre los ambientes sintetizados y la
historia de ‘’amor’’ que va fraguándose entre el médico y Ripley. El monstruo
aún no ha aparecido. Veamos…
La primera
hora, por fin, termina. La desazón que produce el argumento ridículo (escenas
infantiles y diálogos desechables) es absolutamente devastadora. La partitura
parece contagiarse pero, afortunados todos, vuelve a despegar y mantiene su
aire, esta vez (en la tercera entrega) basando su estructura en el ambiente
genérico que brota de la aventura y no, como en sus antecesoras, en el
monstruo. Goldenthal se limita a crear un instante de terror cuando el bicho
aparece en escena. A partir de la secuencia en la que Ripley descubre en su
interior ‘’el peligro’’, el interés despierta. La escena es sutilmente apoyada
por el artista, sus pads interminables sitúan por detrás de todo su intención y
consiguen dibujar ese pequeño entusiasmo terrorífico que la historia necesita.
Se precisa de
la escucha aislada para comprender el significado y alcance de la partitura. El
final de la historia rompe con todo, con su cuerpo, con la trascendencia de su
sonido e incluso la función. Goldenthal es sobrepasado por el horroroso
espectáculo que presenciamos. Ni si quiera deberíamos tomar en consideración la
función religiosa que muchos han querido dar a la música del artista (y que,
antes mencionada, parece ser presencia lógica en pantalla). Goldenthal siempre
lo es: místico. La imagen de unos torpes presos acogidos a la ley de la
creencia es tan baja, tan insignificante y tan esperpénticas sus palabras o
sentencias que poco o nada tienen que ver con una orientación divina. En
definitiva, una partitura notable únicamente en su sentido puramente musical.
Su aplicación en pantalla es tan floja, por culpa de la pésima película, que
nunca el compositor debiera haber aceptado el trabajo. Recomendable de forma
aislada; desechable en pantalla.
ESCÚCHALA SI...: eres un seguidor de la música oscura y de un gran artista, en la sombra, como lo es el actual.
NO LA ESCUCHES SI...: no consigues afianzarte en el visionado de una película muy floja junto a una banda sonora notable.
RECOMENDACIÓN END TITLES: aislada, sin duda. En la película: prescindible.
OTRAS OBRAS DEL AUTOR: ''Titus'', ''Entrevista con el vampiro''.
ESCÚCHALA SI...: eres un seguidor de la música oscura y de un gran artista, en la sombra, como lo es el actual.
NO LA ESCUCHES SI...: no consigues afianzarte en el visionado de una película muy floja junto a una banda sonora notable.
RECOMENDACIÓN END TITLES: aislada, sin duda. En la película: prescindible.
OTRAS OBRAS DEL AUTOR: ''Titus'', ''Entrevista con el vampiro''.
PUNTUACIÓN: 7
Antonio
Miranda. Junio 2015.
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