BSO- EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE- Cyril Mockridge



10 sobre 10

THE MAN WHO SHOT LIBERTY VALANCE (1962)
CYRIL MOCKRIDGE

Obra maestra, partitura contenida e impactante en su tramo final con una de las secuencias cinematográficas musicalmente más conseguidas de toda la historia. Fastuoso momento, incomparable estructura y una influencia que obliga a difuminar toda la composición anterior para centrarnos sólo en esta escena, algo verdaderamente difícil.



La historia evoluciona y llega la parte comentada. Cómo director y compositor juntan conocimientos para intelectualizar el momento y evitar precipitaciones es asombroso: hablan Tom Doniphon (John Wayne) y Ransom Stoddard (James Stewart) confesándole aquél lo que realmente sucedió en el duelo de éste con el bandido Liberty Valance. Momento cumbre del filme. ¿Cómo podríamos imaginar que la música no entrara ahora, en tal circunstancia? La música espera, resulta como si ella misma fuera testigo de la conversación (¡tal y como Doniphon

BSO- SOLO ANTE EL PELIGRO/ HIGH NOON- Dimitri Tiomkin




9 sobre 10

HIGH NOON (1952)
DIMITRI TIOMKIN


Brillante composición del autor ruso, como la mayoría de sus producciones, con un dinamismo único.
Con momentos y situaciones asombrosas, Tiomkin ejerce un poder tan grande sobre el argumento que él mismo conduce la marcha de las escenas. El ajuste rítmico de los registros graves con el movimiento del péndulo de los relojes, como si la vida de la gente dependiera realmente de dos o tres golpes del bandido que está próximo a llegar o las melodías tersas asociadas a la mujer del sheriff incluso la famosa canción y sus variaciones instrumentales, con la dupla Sheriff-Bandido completamente ahogada en ella.



El compositor se encuentra presente prácticamente en

BSO- RÍO BRAVO- Dimitri Tiomkin



8 sobre 10

RÍO BRAVO (1959)
DIMITRI TIOMKIN

Partitura inteligente, como lo era su autor. Sorprende, en tiempo del filme y forma, su inicio: ímpetu máximo y pegamento a las imágenes (auténtica narración); no obstante, la partitura en absoluto se caracteriza por esta estructura. ¿Por qué, entonces, este comienzo tan drástico? El mismo sentido del filme nos lo responde: la película, caracterizada por una acción media, incluso pausada (no vuelve a narrarse una imagen de muerte hasta casi llegada la hora de metraje), va a dejar la zona activa para la parte final. Tiomkin entiende a la perfección esta situación y emplea unos registros exquisitamente bajos para casi toda la cinta premiando los diálogos y situándose en un segundo plano, una especie de pintor musical de la atmósfera de melancolía, tristeza y equilibrio que llega a crear en torno a un pueblo, de donde no sale la acción.



Con toques magistrales de manera puntual (el tema principal es de una grandeza sentimental inigualable, el uso de la trompeta tan y tan triste y etéreo, escuchándose tocar allá a lo lejos…, las canciones interpretadas por los protagonistas, nexo inteligente entre la psicología de todos ellos, prestos a arriesgar juntos sus vidas…), la aventura, una de las más grandes de todos los tiempos en el género del western, evoluciona admirablemente y así mismo la música. Cómo ésta va cogiendo cuerpo, forma y carácter es admirable hasta el punto de convertirse en un personaje más en el tramo final, fantástico, de la obra.



En definitiva, composición humilde para una producción grandiosa; uno de los músicos que hizo crecer la música de cine y que pocos conseguirán superar sus obras. Partitura que no deja de subir cada vez que se ve el filme o se escuchan sus notas.


Antonio Miranda. Agosto 2019