BSO- LA COSA: EL ENIGMA DE OTRO MUNDO- Ennio Morricone.



7 sobre 10

THE THING (1982).
ENNIO MORRICONE.

La influencia de los directores en la música de sus compositores es indudable y ‘’La cosa’’ lo ejemplifica mejor que ninguna otra obra. Seguidor tenaz de John Carpenter como músico, quien esto escribe considera la partitura para el filme que nos ocupa como una oportunidad perdida del famoso creador de ‘’Halloween’’ para aumentar las exquisitas producciones musicales de su carrera. Habrá gente que se sorprenda de lo que digo por dos razones. La primera de ellas es olvidar implícitamente, en dicho comentario u opinión, quién ha compuesto esta banda sonora y la segunda, sin duda, considerar la obra de Carpenter (la musical) de indiscutible calidad. Ambas razones son justificables, pero igualmente rebatibles: la originalidad y exquisita forma de componer del artista estadounidense son incuestionables, aunque difíciles de digerir; por otra parte, Morricone se deja llevar por la idea de Carpenter. Su composición para ‘’La cosa’’ rebosa, por todos lados, ideas de su director según concibe éste la música. El artista italiano se encarga del lado orquestal, eso sí, pero si estudiamos con detenimiento las notas y estructuras, sin duda ha dejado de lado su estilo para insertarse de lleno en el único de Carpenter (y esto, por fortuna, sólo él lo sabe pulir sin defectos);en ambos artistas, no resultó negativo pero sí frenó en seco la posible llegada de esta banda sonora a la categoría de sobresaliente. Vayamos por partes.




La historia se inicia con lo mencionado: Carpenter compone el tema de los créditos, lineal y sencillo y se inician los acontecimientos con una pieza de Morricone que, a los pocos minutos, vuelve a sonar, basada en un bajo repetitivo que supone la base de una pieza muy carácterística del primero y que se convertirá en el tema principal.  El músico italiano parece surgir por sí mismo al sonar la orquesta clásica por primera vez; pero no, no es él, la composición suena al más puro estilo Carpenter, adaptado de los sintetizadores a las cuerdas. Así va a transcurrir todo el metraje, una banda sonora basada en sonidos clásicos estructurados al modo sintetizado de Carpenter, de ahí mi opinión de que, compuesta por él, habría ganado muchísimos enteros. Morricone no desmerece, eso sería algo imposible, pero no creo que le saque partido a esta obra tanto como si él mismo hubiera dotado a sus notas del carácter habitual suyo o, mejor aún, que Carpenter hubiera compuesto íntegramente la música. De todas formas, a medida que la historia avanza, la música crece. La idea del director, que aparece en contados momentos con pequeñas piezas que aportó, es fabricada por el músico de una forma estudiada, pura y hasta delicada, nada de sobresaltos o excesos.

No podemos calificar a la banda sonora de ‘’La cosa’’ de pieza con unidad indudable. Escuchada de forma aislada la pierde. De manera asombrosa podríamos pensar si no se tratase de dos, incluso tres,  creaciones independientes para filmes distintos. Pequeños fragmentos sintetizados de Carpenter, los orquestales de Morricone y las piezas más puramente compuestas por éste al estilo del otro. En fin, tres modelos que rompen una linealidad estructural que sí adquiere, al menos de manera más sólida, en el conjunto de la película. Y esta unidad adquirida se mueve en torno al matiz atonal de todas sus formas, sin absolutamente ningún momento en que la música pueda ser atisbada hacia dónde se moverá. Así, precisamente, funciona la mayor parte de la obra de Carpenter, sistemas atonales y minimalismo radical, y cuando alguno de los dos desaparece, el otro funciona de manera alarmante. ‘’La cosa’’ se organiza mediante este método, curiosamente poco o nada representativo en la obra del genio italiano. Interesante.




Ennio Morricone llegó a estar nominado en unos premios internacionales a peor banda sonora por su trabajo en ‘’La cosa’’. No creo, en absoluto, que el extremo del insuficiente sea la guarida de sus notas, pero ‘’el Maestro’’, como ya he dicho, no supo adaptarse al director, sino que se fusionó sencillamente en él, saliendo ambos perjudicados. No obstante, la obra tiene momentos interesantes, musicalmente hablando. El primero de ellos, aparte de lo comentado, aparece cuando el espectador comienza a intuir algunas situaciones, tras el rescate, en el campamento vecino, de unos restos extraños. La imagen del misterioso perro y los residuos se unen mediante la presencia, por vez primera, de los graves de la orquesta prácticamente sonando solos. Esclarecedor.

Los acontecimientos van sucediendo en un ambiente de claustrofobia que, curiosamente, no es fortalecido por la partitura, como podría pensarse. Ésta se limita a actuar, es un personaje más, pero en absoluto principal. Se esconde en un secundario papel que va describiendo situaciones sin subidas ni bajadas de nivel y que podemos comprobarlo, singularmente, en los pocos temas compuestos por Carpenter para la película: se limitan a sonidos sintetizados de pads atmosféricos que ligeramente van subiendo de volúmen, aunque nunca llegan a saturar como en las típicas secuencias de terror fácil. Por tanto, aquí tenemos otra de las pruebas que limitan el campo de acción que podría haber tenido Morricone y que le llevaron a componer un trabajo medio dentro de su extensa producción.





El final se condensa, musicalmente, en el tema principal. Los momentos van aconteciendo sin música, la cual pone fin a la historia, como he dicho, delimitándola instantes antes de la conclusión y ya en los créditos finales, lineal y minimalista como siempre ha sido Carpenter. En definitiva, una partitura que cumple su función meramente descriptiva en la película, que permanece oscura para muchos en la carrera de Morricone (y para otros indiferente) y que pudo ser, y no fue, una de las siempre geniales creaciones musicales de Carpenter.





ESCÚCHALA SI...: eres fiel seguidor, musicalmente hablando, del director o el compositor. Te resultaráatractivo el experimento.

NO LA ESCUCHES SI...: siendo fiel seguidor de cualquiera de ellos, no pretendes abrir ninguna puerta a sus variaciones de estilo o cualquier otro que ejecute las ideas.

LLEGARÁ A SER UN CLÁSICO: no.

OTRAS OBRAS RECOMENDADAS DEL AUTOR: ''Hasta que llegó su hora'', ''La misión''.

PUNTUACIÓN: 7


Antonio Miranda . Agosto 2014.


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