BSO- STAR WARS. EPISODIO I: LA AMENAZA FANTASMA- John Williams.




9 sobre 10.

STAR WARS. EPISODE I: the phantom menace (1999).

JOHN WILLIAMS.


                Primer capítulo de la famosísima saga de ‘’La guerra de las galaxias’’, atendiendo a su temporalidad. Considerando que, previamente a lo que vamos a ver y escuchar, muchos años atrás todo había sido ya concebido, vayamos a esta entrega inicial. Un comienzo ya muy claro de lo que será la obra: constante aplicación de la partitura en pantalla con una variabilidad compositiva extraordinaria y un ritmo constantemente conseguido. Una entrega, como el resto, que basa su fuerza e imagen en las notas del eterno compositor. Sutiles referencias a alguno de los famosos y conocidos temas (aunque tratados con cuidado ya que muchos de los personajes, en el tiempo, aún no existen) y un giro interesante al llegar al mundo acuático en el que, entrando en él sus protagonistas, ya el matiz coral que Williams aporta es la característica que nos introduce en la historia. Las voces aumentan su tono cuando el peligro se acerca. El primer cuarto de película nos deja claro quién manda (y en esta entrega más que en ninguna): el artista ejerce un poder narrativo absoluto. Los vaivenes compositivos, sin resultar originalmente concebidos, están a la altura de sus mejores propuestas. La partitura se tomará un descanso finalizado este tramo, que coincide con la presentación del mítico R2-D2.


                La partitura para el ‘’Episodio I’’ se va a mover por una línea de equilibrio totalmente narrativo, inyectando incluso, por momentos, demasiados detalles musicales al argumento. Apenas existe tregua de silencio cuando nuevamente las notas suenan. Será el punto más débil del filme, bien contrarrestado por la inteligencia con la que Williams trabaja la partitura inmediata al tremendo éxito que tuvieron las tres primeras entregas. Hábilmente introduce, como ya hemos mencionado, los temas o, más bien, las ligeras variaciones a los motivos ya conocidos hasta llegar al primero que desnuda contundente, sin tapujos, sin medidas: Anakin Skywalker niño es el protagonista, por vez primera, de su relación con el mundo de los Jedi, de la Fuerza… Wiliiams, consciente del primer instante realmente importante del argumento, dinamita su presencia con las notas contenidas y hermosas del ya conocido tema de la Fuerza. Así lo hará a partir de aquí, ligeramente variando la forma pero llenando a la figura del niño de la contundencia necesaria a través de su composición. Mención importante merece cómo el artista va introduciendo el tema de los Sith, llegando también a narrar sus minúsculos momentos cuando lo más habitual hubiera sido ligeras notas mantenidas de apoyo a las imágenes.  Mientras el lado más tierno del filme, con el pequeño y su madre, de la misma forma acertada es abordado por el músico, llegamos a un instante importante: el malvado caballero se encuentra, cuerpo a cuerpo, con el Jedi Qui-Gon Jinn y su lucha feroz y breve es narrada por Williams de forma algo sorprendente para el espectador más avizor, manteniendo un tono no demasiado oscuro para tal secuencia y por pequeñísimos segundos, incluso, hasta despreocupado. ¿Por qué? La razón es el mismísimo argumento, el desconocimiento por parte de los protagonistas de quién realmente es ese nuevo personaje que les acaba de atacar. La figura de los Sith es inteligentemente desarrollada hasta su punto más álgido y siniestro, al final de la entrega.




                Se acerca el desenlace; el enfrentamiento entre el Sith y Jedi Qui-Gon Jinn aparece de pronto en mitad de la fantástica última batalla, siempre musicalmente hablando. El nivel narrativo del compositor nunca baja, se mantiene notabilísimo y es en este sentido, entre tanta calidad compositiva, donde radica el mérito del golpe extremo que Williams nos ofrece con la aparición del malvado luchador. Resultará, para el estudioso, como si el artista hubiera contenido su fuerza para prestarla al máximo esplendor artístico en este instante; algo admirable. El tema siniestro de los Sith ruge ahora de pronto y, ya sí, con una oscuridad máxima y combinado con ligeros toques al tema de la Fuerza hasta el final. Efectivamente, el tema principal compuesto para esta nueva entrega y, en opinión de quien esto escribe, para la nueva trilogía completa (‘’Duel of the fates’’), arriesgado tras los éxitos precedentes, magnifica su presencia creciendo en el final de la obra y así dejando la fuerza, calidad y dominio total de la narración de lo que ocurre en el tramo trascendente de la historia, por parte del artista, en niveles realmente sobresalientes.




                Concluyendo, la nueva entrega de la saga, primera en el tiempo pero tercera en creación y siempre analizando el filme desde la partitura, supone un éxito que, si bien no supera a los anteriores (y menos aún a ‘’El Imperio contraataca’’, la cumbre compositiva de toda la serie), sí cumple sin duda con las expectativas creadas hacia un genio del arte actual como es John Williams. Partitura estudiada y sutilmente aplicada a la historia que, estando a un nivel muy alto durante toda su aparición en pantalla, logra cotas altísimas con el desarrollo, en la parte final, del tema principal compuesto para esta entrega. Un leitmotiv a la altura de los anteriores. Gran obra.


ESCÚCHALA SI...: no cierras opciones a una orientación distinta de la música sobre la trilogía original y que, sin duda, está a un nivel altísimo.

NO LA ESCUCHES SI...: tu referente musical es el pasado y no vas a poder superar las míticas melodías y secuencias de antaño, No quedarías decepcionado más, si lo dicho así ocurre, quédate con las primeras.

RECOMENDACIÓN ''END TITLES'': encarecidamente.

OTRAS OBRAS RECOMENDABLES DEL AUTOR: ''Las cenizas de Ángela'', ''Minority report''.

PUNTUACIÓN: 9


Antonio Miranda. Marzo 2015.


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