BSO- JURASSIC WORLD- Michael Giacchino.



8 sobre 10

JURASSIC WORLD (2015).
MICHAEL GIACCHINO.


Michael Giacchino, autor de unos últimos trabajos sobresalientes (‘’Jupiter ascending’’, ‘’Tomorrowland’’), llega ahora con un reto nada fácil y la misión de encumbrar de nuevo al parque, tras un par de entregas mediocres. Uno de los grandes genios actuales de la música de cine se hace cargo de la cuarta entrega de ‘’Parque Jurásico’’.

                No debemos caer en el error de la comparación. John Williams creó un score maravilloso encabezado por uno de los temas románticos más bellos jamás compuestos. Pero, no lo olvidemos, él no tenía tras de sí absolutamente nada, era libre para crear. Giacchino, no; arrastra el peso de la obra de su colega, un gran peso, sin duda, y es obligado por la saga y el director a matizar su trabajo en una orientación ya existente, usando un par de temas o tres de la partitura del gran Maestro. Sus temas versionados suenan calcados a los previos y Giacchino se limita a introducir algún pequeño guiño como adorno a sus notas durante toda la aventura,  que tiene su punto central a mitad de metraje, cuando los dos hermanos descubren el viejo parque, con sus coches y utensilios. Buen trabajo de regresión musical, centrado en su mayoría en los dos extremos de la película, fabricando en el último un acoplamiento de las notas de Williams, al nuevo y magnífico tema central, digno de admiración. ‘’El Rex’’, culminando la obra en pantalla, debe ser enfatizado por las notas de su dueño original, del comienzo de la saga, del tema del Maestro. Refiriéndonos al uso de estos fragmentos al inicio del filme, a juicio de quien esto escribe, bajan mucho en calidad respecto de su empleo, como ya he dicho, al final. El compositor calca prácticamente las piezas y les da un uso en pantalla, al primero de ellos (el romántico) algo extraño, proponiéndolo cuando la imagen no transmite nada (cuando, precisamente, es una seña de identidad de aquella escena en la que los científicos descubrían, junto al viejo John Hammond, los espectaculares Brachiosaurius durante su viaje en jeep por el parque). Simplemente deja a una subida de intensidad de la orquesta el momento inicial más conmovedor, la visión de las esplendorosas instalaciones del nuevo y fastuoso recinto; y el segundo de los temas, el de la isla, cuando los protagonistas viajan en helicóptero a ver a la nueva criatura creada, horriblemente empastado a las notas que le preceden, sin sentido alguno y cayendo en el error del ‘’¡ahora!’’. Sorprendente, viniendo del músico que tratamos.





                El lado tranquilo, humano e infantil lo solventa el autor con un notable. No baja el nivel, cosa que, conociendo su estilo, no habría sido sorprendente. La parte activa, nuevamente, obra de forma poderosísima y le da a la partitura un valor altísimo hasta el punto de ser de los únicos tres artistas que envalentona mi estado anímico hacia la ‘’violencia artística’’ cuando presencio una escena escuchando sus notas rápidas (los otros dos: Alexandre Desplat y John Williams). Literalmente me levantan del asiento, dejando perplejos a espectadores desconocidos o amigos cuando explico que no fue la imagen: ¡sí la música! Aquí tropezamos con un obstáculo poderosísimo que nos lleva a la sección más negativa de la composición. La aventura, con una línea narrativa muy equilibrada, opta por secuencias activas no demasiado largas, siempre cortadas por otras tranquilas (bien de la gente en el parque o de los controladores del lugar, desde su sala de control). El artista quiere, pero no puede. La narración de las escenas de acción es, como siempre, insuperable, pero esta vez (presenciadas en pantalla) las matiza ligeramente hacia una vertiente no tan drástica como en él es habitual. Equilibra más los momentos y, obligado por el guión, queda frenado cuando pudiera iniciar el desarrollo central de cada tema. Aquí nos trasladamos directamente a la última media hora, en su inicio saliendo los velociraptores ‘’disparados’’ en busca del gran monstruo. La secuencia es espectacular, de lo mejor, y Giacchino crece, crece y salta…su ritmo es endiablado y la violencia (que sigue contenida), grandísima. Lo mejor de toda la historia.




                Giacchino ha presentado el ‘’mundo jurásico’’ versionando (o calcando) los temas de Williams al inicio, como ya hemos comentado. La parte central de la historia transcurrirá entre notas y energías propias, nada de Williams y sí creando un ambiente original con un tema central, delicadamente heroico, que es de un impacto brutal, delicioso y que, incluso, llega a hacernos olvidar el de Williams Asombroso. El final de la aventura es una delicia. El artista, ahora sí, entra de lleno en el riesgo e inyecta su música con pequeños matices de la partitura original de la saga de forma magnífica. Sin darnos cuenta, ha tendido una red casi invisible que engloba la obra de inicio a fin, moviéndose libremente en la franja central. ¿Acertado? Sin duda.





                En definitiva, un trabajo serio, firme, a ratos melancólico y otras soberbio, con sus limitaciones (casi involuntarias) y un resultado final que, si bien no está entre sus mejores realizaciones, sí alcanza el notable sin problema. Muy recomendable.


ESCÚCHALA SI…: eres un nostálgico de la saga, te entusiasmó la partitura de Williams y ansías escucharla versionada por otro genio con sus propias estructuras personales. Y, además, no quieres perderte una secuencia exquisita, como lo es escuchar a Giacchino correr junto a las motos y los velociraptores.

NO LA ESCUCHES SI…: el fanatismo por el Maestro te hace mirar para otro lado cuando alguien compone algo de su nivel, o lo intenta. En este caso hablamos de un artista muy, muy importante.

RECOMENDACIÓN END TITLES: sin duda.

OTRAS OBRAS DEL AUTOR: ‘’Jupiter ascending’’, ‘’Medal of Honor’’.

PUNTUACIÓN: 8



Antonio Miranda. Junio 2015.



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