8.5 sobre 10
Título original: Uzak
Año: 2002
Nacionalidad: Turquía
Director: Nuri Bilge Ceylan
Intérpretes: Muzaffer Özdemir, Mehmet Emin Toprak, Zuhal Gencer Erkaya, Nazan Kirilmis
Sinopsis: Mahmut, fotógrafo de mediana edad, recibe la visita de Yusuf, un joven familiar que se alojará en su casa mientras busca un trabajo que lo ilusiona en un barco.
Notable película del cineasta turco, la primera con la que irrumpió en el circuito de los festivales y con la que se dio a conocer internacionalmente, iniciando una progresión que lo llevaría a obtener la preciada Palma de Oro de Cannes en 2014 con Winter Sleep.
En la que nos ocupa, ubicada en un sombrío y frío Estambul, nos muestra una sociedad deshumanizada en la que una profunda tristeza invade a todos los personajes. El protagonista, Mahmut, es un fotógrafo que se encuentra en plena crisis vital y que ha abandonado sus ilusiones de juventud de hacer fotografía artística y cine para entregarse a fotografiar baldosas para los catálogos de un fabricante, mientras purga sus penas deambulando entre el sofá de su casa, lúgubres cafeterías y un banco de piedra frente al mar. Entretanto, su joven familiar Yusuf, que había llegado a la ciudad cargado de ilusiones, va cayendo también en un estado melancólico arrastrado por los reveses que recibe y quizá contagiado por Mahmut.
Ambos personajes han perdido toda esperanza. Aún así, parecen querer agarrarse a algo que persiguen para acabar dejándolo escapar; así, mientras Mahmut se arrepiente de su pasada ruptura matrimonial y persigue a su ex mujer para finalmente no impedir su partida definitiva al extranjero, Yusuf hace lo propio con diferentes féminas que, por motivos diversos, terminan por "escapársele". Y es que ésa parece ser la visión de la existencia que pretende transmitir el director: en un mundo gris, la vida es un estado de desesperanza continuo en el que siempre estamos persiguiendo algo que nunca llegamos a alcanzar. En realidad, ninguno de los personajes que aparecen, además de los dos protagonistas, tiene un mínimo grado de felicidad en sus vidas: la amante con la que Mahmut tiene esporádicos y silenciosos encuentros, su ex mujer, la actual pareja de ésta,... Todos ellos parecen sumidos en un mismo estado depresivo que los domina.
Sin embargo, la historia deja una pequeña ventana abierta a la esperanza, pues aunque Mahmut ha perdido toda humanidad, Yusuf, más joven, conserva aún ciertos ideales, como se ejemplifica en el momento en que demuestra compasión por un ratón al que han atrapado.
De la realización, destaca la pausada filmación en largos planos y la captación detallada de la naturaleza y del entorno urbano, en especial de los sonidos, influencia evidente del cine de Andrei Tarkovsky, a quien se homenajea explícitamente en más de una ocasión, como cuando los protagonistas contemplan en la televisión la escena del traslado en vagoneta de Stalker, o cuando un amigo reprocha a Mahmut que abandonase su sueño de "hacer películas como Tarkovsky". Además del maestro ruso, no resulta difícil encontrar en Lejano la inspiración en autores como Ozu, Kiarostami o Bresson, de quienes el turco nunca ha negado sentirse admirador. Ahora bien, tan clara obviedad en las influencias debe verse aquí como un defecto que evidencia que estamos ante uno de los primeros trabajos de su autor, en plena construcción de un estilo propio.
El uso de banda sonora no es del agrado de Ceylan, por lo que la presencia de música se limita, siempre de forma diegética, a la que procede de la televisión de la casa, del sonido de la calle o del espacio en que se ubique la escena. Sí que adquiere gran importancia, en cambio, la captación del sonido: ante la abundancia de planos fijos y una narración que gusta de la elipsis, el sonido, con frecuencia fuera de campo, cumple funciones narrativas.
Mención especial merece la fotografía, seguramente el apartado más logrado de la película y en el que Ceylan saca a relucir su pasado, que como el del protagonista de la historia, es de fotógrafo. Así, desde la primera escena, con un plano fijo de un paisaje nevado, hasta el final, la captación de los cielos nublados, el entorno urbano o la nieve, así como los continuos encuadres perfectos, resultan magistrales.
En definitiva, película justamente reconocida en la que, si bien los defectos comentados la apartan de la categoría de obra maestra, sí que da interesantísimas muestras del talento de su director y de lo que estaría por venir, suponiendo para él un punto clave en la progresión de su filmografía.
Calificación: 8,5
IGNACIO SANTOS. Septiembre 2014.
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