6.5
sobre 10
Enlace a la reseña de la película en ''END TITLES'':
El contraste
entre verdad y mentira, entre vida y sueño; entre una ilusión por ser y una
torpeza por lo que somos. El mundo complejo y desestructurado que presenta
David Lynch en Mulholland Drive queda patente por oposición si estudiamos la forma simple de su banda sonora. Lynch nos convulsiona; Angelo nos tranquiliza. Tal
vez un choque exquisito.
Sonidos turbadores, sintetizados en todo momento.
El film es un
cuadro complejo y surrealista (bien podría ser el que preside la mansión de
lujo donde casi finaliza la película y en la cual van apareciendo la práctica
totalidad de los personajes de la historia) mientras la partitura es una obra
simple y directa.
Nuestra mente ha de escudriñar dónde está el sueño y dónde la realidad de la historia. La composición de Badalamenti nos la sitúa fielmente: el primer tema, alegre, dinámico, jazzístico, nos presenta la vida. Inmediatamente el compositor se adentra en el sueño (como la película; la vida que todos pensamos ideal para nuestro bienestar) con unas melodías oscuras, lentas y eternas. Únicamente cuatro o cinco notas ‘’agradables’’ aparecerán en la composición, siempre referidas al personaje principal y sus devenires positivos. El resto: una partitura sombría, poco compleja y bien estudiada, apareciendo durante escasos fragmentos del filme. En el resto (bastante metraje) predominan los efectos sonoros de fondo, graves y continuos, hasta el punto de ser protagonistas también en los créditos finales, con las notas de Badalamenti escondidas sonando en un segundo plano.
Nuestra mente ha de escudriñar dónde está el sueño y dónde la realidad de la historia. La composición de Badalamenti nos la sitúa fielmente: el primer tema, alegre, dinámico, jazzístico, nos presenta la vida. Inmediatamente el compositor se adentra en el sueño (como la película; la vida que todos pensamos ideal para nuestro bienestar) con unas melodías oscuras, lentas y eternas. Únicamente cuatro o cinco notas ‘’agradables’’ aparecerán en la composición, siempre referidas al personaje principal y sus devenires positivos. El resto: una partitura sombría, poco compleja y bien estudiada, apareciendo durante escasos fragmentos del filme. En el resto (bastante metraje) predominan los efectos sonoros de fondo, graves y continuos, hasta el punto de ser protagonistas también en los créditos finales, con las notas de Badalamenti escondidas sonando en un segundo plano.
Una pena que
la edición del cd contenga los temas cantados de la película, que en la misma
no desentonan, pero acompañando a la música del compositor, por separado de las
imágenes, estropean una escucha que nos llevaría directamente a sensaciones
parecidas a las de la obra de Lynch.
ESCÚCHALA SI…:
tienes momentos reflexivos; si te gusta la música tranquila e inquietante con
ligeras pinceladas de romanticismo.
NO LA ESCUCHES
SI…: no te gustan las ediciones de discos con no sólo música instrumental; si necesitas optimismo
y momentos eufóricos. Si quieres oir una orquesta real.
LLEGARÁ A SER
UN CLÁSICO: no.
PUNTUACIÓN:
6.5
Antonio Miranda.
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