Hablar del ruso Andrei Tarkovsky (1932-1986) es hablar del cine trascendental por excelencia, un cine que hace lamentar la pérdida de espiritualidad del hombre y la sociedad modernos y donde los protagonistas son héroes cuyos valores centrales son la fe y la búsqueda de la redención a través del sacrificio y de la renuncia para bien de la humanidad, a pesar de que para ello deben ir en contra del mundo y en ocasiones ser tomados por locos.
Su caligrafía cinematográfica, de un estilo pausado, reflexivo, contemplativo, a menudo no apto para paladares acostumbrados únicamente al cine mainstream, se basa en características como el empleo de largos y elaborados planos-secuencia o la captación de los elementos de la naturaleza, en especial el agua, cuya habitual presencia desborda siempre un lirismo indescriptible en su obra.
La filmografía de Tarkovsky se reduce a siete títulos, todos ellos imprescindibles y que forman un tesoro indiscutible en la historia del cine.
Filmografía:
La infancia de Iván (1962)
Andrei Rublev (1966)
Solaris (1972)
El espejo (1975)
Stalker (1979)
Nostalgia (1983)
Sacrificio (1986)
Ignacio Santos. Octubre 2014.
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