BANDA SONORA- LA SOMBRA DE UNA DUDA- Dimitri Tiomkin.



 

6 sobre 10
 
LA SOMBRA DE UNA DUDA (1943).

Lo latente y lo patente juegan astutamente en la composición de Dimitri Tiomkin para la primera de sus colaboraciones con Alfred Hitchcock, refiriéndose lo primero mediante la música frenética y activa mientras lo segundo aparece pausadamente en pantalla (¿alude esto, con claridad, a la dualidad que se expone sutilmente entre tío y sobrina, los dos protagonistas de la obra, como puedes leer en el estudio que ‘’END TITLES’’ propone de la película como obra global?). Tiomkin , que claramente narra el frenesí activo que está presto a ocurrir (muy próximo, musicalmente hablando, a los matices narrativos de los filmes mudos), nos adelanta los acontecimientos en un estilo inteligentísimo, seña de identidad (sin duda) de la habilidad formal del famoso director y todo proyectado hacia el mismísimo final. Atónicos, presenciamos el pasear relajado del protagonista mientras suenan las notas histriónicas del artista. Con la llegada de Charlie a casa de su familia, la partitura abandona la narración de lo latente y adopta una posición en segundo plano, tranquila y descriptiva en el que descubrimos los inicios de esa atmósfera tan personal e intransferible del autor de ‘’Río Rojo’’, ‘’Río Bravo’’ o ‘’El Álamo’’ y que ya se mantendrá hasta el final.


Posee la partitura para ‘’Shadow of a doubt’’ el peso influyente de la pieza de Franz Lehár, un vals para su operata ‘’La viuda alegre’’. La obra adopta pronto una personalidad propia mas, sin duda, ésta es aderezada de forma importante por los perfiles del vals, siempre matizado y variado por el artista, pero que se inyecta directo en la figura principal de la historia (el tío Charlie), adquiriendo, por tanto, un plano primero en los detalles más a tener en cuenta de la música.
La parte central del filme navega por la intriga de los diálogos y situaciones. Tiomkin desaparece durante gran parte del metraje y brota de nuevo, con fuerza y presencia importante, en la secuencia en la que la sobrina de Charlie descubre los comportamientos extraños de su tío y va a la biblioteca. La secuencia, breve, es impactante y, sin duda, lo mejor de la partitura para el filme.
El desenlace de la obra camina de la misma forma que la parte central, muestra definitiva de la función de apoyo que la partitura ofrece al argumento, situándose de manera radical por detrás de todo lo que acontece. Las apariciones de Tiomkin se reducen y lo hacen a escasos segundos, varias veces recordando el ímpetu inicial (debido a la proximidad del desenlace) y dejando de lado el tema del vals de Lehár para centrarse únicamente en mostrarse como pinceladas enérgicas que mantengan la tensión de las escenas. La final resulta una secuencia que habla del sentido de la música de forma total y podría resumir en escasos segundos su función: la extraña y vigorosa faceta que siempre ha mostrado la composición, desde la escena primera hasta las intermedias, proyectaba  su significado hacia la súbita imagen final de los dos protagonistas y el fatal desenlace, posterior a la pelea entre ambos. Sin lugar a dudas, fragmento de un contenido global muy poderoso en la obra.


En definitiva, partitura que desempeña una función mucho menor en la historia del genial director de ‘’Vértigo’’ y ‘’Psicosis’’ que lo hicieran composiciones más elaboradas, estudiadas y estructuradas del inigualable Bernard Herrmann. Sin duda, la colaboración exquisita de éste y Hitchcock ejerce un peso demasiado grande sobre el resto de músicos que trabajaron para el productor británico. Que una obra musical desempeñe, sin exageraciones, el papel protagonista de un filme de sobresaliente calidad no puede sino ejercer su ‘’maléfica influencia’’ a la hora de odiosas comparaciones. No obstante, buen trabajo de Dimitri Tiomkin que, realmente, no pretendía conseguir cotas más altas de las que tiene.




ESCÚCHALA SI...: quieres interesarte por cómo Hitchcock empleaba la música en segundo plano en alguna de sus películas.

NO LA ESCUCHES SI...: esperas encontrar una gran obra de referencia, un sobresaliente trabajo del gran Tiomkin o una narración ejemplar de una película del conocido director.

RECOMENDACIÓN END TITLES: puedes pasar sin ella.

OTRAS OBRAS DEL AUTOR: ''55 días en Pekín'',  ''Los cañones de Navarone''.

PUNTUACIÓN: 6


Antonio Miranda. Noviembre 2015.



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